Era el décimo aniversario del 11-S, sentaba cátedra Bernardo Atxaga en la CUNY y un editor vizcaíno preparaba una antología sin precedentes allí. Fue un momento ideal para recorrer Nueva York, su viveza, cómo cicatrizaban sus heridas, y la burbujeante creatividad de Mikel Urmeneta, Abigail Lazkoz, Itziar Barrio, Diana Balmori... y hasta cocineros como Eder Montero. El flujo de energía y musas que tanto inspiran a Kirmen Uribe, sin duda, funciona
Texto y fotos: Cristina M. Sacristán
Bernardo Atxaga, charlando con alumnos de la CUNY el día en que sentó cátedra en la Quinta Avenida neoyorquina. |
Quién iba a decirme que iba a escuchar más euskera en la Skylight Room de la Quinta Avenida que paseando por la Gran Vía de Bilbao. El caso es que aquel viernes de septiembre de 2011, en que Bernardo Atxaga daba una conferencia y sentaba cátedra en The City University of New York, estaba rodeado de la directora del Instituto Etxepare y actriz y cineasta, Aizpea Goenaga; la experta en la obra de Atxaga y responsable del Instituto, Mari Jose Olaziregi; el músico irundarra Jabier Muguruza; la entonces consejera de Cultura, Blanca Urgell; el creativo Mikel Urmeneta, la escritora Isabel Cadenas, la soprano Amaya Arberas, el director del Instituto Cervantes en NYC, Javier Rioyo... La mixtura de los asistentes, entre vascos que se habían desplazado para la ocasión, los que viven en NYC, estudiantes hispanos y anglófonos, profesores de aquí y de allá... era muy grande. Muy newyorker...
La atracción de los creadores vascos por la Gran Manzana es recurrente. El escritor de Ondarroa Kirmen Uribe, quien recibió el Premio Nacional de Narrativa 2009 precisamente por su novela Bilbao-New York-Bilbao, me contaba que le gusta ir de vez en cuando por NYC para llenarse de energía y "de ideas". "Yo debí de vivir en otra vida allí", bromeaba, tras pasar años participando en festivales, recitales, libros y revistas neoyorquinos. Su relato metafórico de un transoceánico entre la capital vizcaína y la ciudad de los rascacielos es muy vívido, y parte de esos vuelos en busca de contrastes. Él suele encontrarse en Nueva York con Mikel Urmeneta y Eder Montero, y se reúnen en el restaurante de este último en Chelsea, el Txikito, adonde le gusta ir a Jessica Lange a comerse su burguer con queso de Idiazabal, premiada por la New York Magazine hace cuatro años.
Isabel Cadenas, en la librería McNally & Jackson, en el Soho. |
Actualmente, Eder ha abierto otro exitoso restaurante en Manhattan, junto con su mujer, la norteamericana Alex Raig. Lo mismo disfrutamos de un bacalao al pil-pil poco superable en un restaurante del Casco Viejo de Bilbao que de unos pimientos verdes con semilla de Gernika pero plantados en la vecina y fecunda New Jersey...
Mientras Mikel Urmeneta le da a sus musas desde su ático en Union Square, y de ahí salen sus coloristas vacas, decoradoras de camisetas y logos por todo el planeta, Kirmen se suele reunir con su traductora al inglés... ¡del euskera! Se trata nada menos que de Elizabeth McKlin, escritora que nació en ese estado pero sumamente interesada en el idioma euskérico (al final de este post pueden leer la entrevista original en euskera que le hice hace dos años).
Del mismo modo, Kirmen e Isabel Cadenas han coincidido en alguna declamación de poesía en Nueva York. Isabel lleva años estudiando en la Gran Manzana, donde escribe a la vez. Hasta 2010, un máster de escritura creativa, y después, sumergida en su tesis doctoral en la New York University. Fotógrafa, poeta, con estudios teatrales en La Sorbona, esta inquieta vizcaína trabajó como antóloga en el proyecto del editor también vizcaíno Juanje Sanz, El tejedor en Nueva York, un libro de poemas de autores que viven en la mítica urbe, y que la retratan con sus pinceladas neuyoriquens.
Editor, antólogos y poetas de 'El Tejedor en Nueva York', en la máquina de McNally & Jackson donde fue impreso. |
Juanje, editor de La Única Puerta a la Izquierda, también es fotógrafo, y pasó varios meses entre rascacielos y poetas, tomando imágenes de impacto y reuniéndose con expertos en literatura en castellano, de cara a publicar esa antología, en la que asimismo se incluye algún dibujo de Urmeneta. Su pareja, Maika Campo, voló a la vez a Nueva York para tratar con pacientes psicóticos de un hospital de Brooklyn, como educadora social y danza movimiento terapeuta. Muchos de esos pacientes se habían visto afectados por el décimo aniversario del 11-S que cambió sus vidas.
La mayoría de las personas citadas han ido contactando en Nueva York. Por ejemplo, los asistentes al evento de Atxaga en la CUNY recalaron en el Txikito y en el restaurante Basque, de Daniel García. Daniel, del emblemático Zortziko y el Viejo Zortzi bilbaínos, hizo brillar su estrella Michelin en la Sexta Avenida a finales de 2010. En la ciudad que nunca duerme suele encontrarse con Dana Gardeazabal, socióloga de Basauri que da clases en la Universidad del Estado de Nueva York, SUNY. Con un master de Educación en Manhattanville College, su blog merece una visita: Cosmopolitana. En él percibimos el pulso vibrante de las burbujas de la ciudad de la Costa Este.
Atxaga posa con sus hijas, Urgell, Goenaga, Olaziregi, Muguruza y Del Valle. |
Del mismo modo, Mónica Hernández, arquitecta de origen mexicano, ha estado trabajando durante años en el equipo de Diana Balmori, quien a su vez ha actualizado algunas partes de la remozada capital vizcaína. Pues Mónica se ha hecho muy amiga de Eder y Alex, del Txikito, a través de su marido, también cocinero. Marino Montero, relaciones públicas del Grupo Iruña en Bilbao, está muy orgulloso de los progresos de su hijo en Nueva York.
Por su parte, Bernardo Atxaga suele trabajar en la Gran Manzana, si bien es un amante de la Costa Oeste, donde se siente muy cómodo. En Reno ha impartido clases y en Boston, Atlanta, Nueva York, San Francisco... va dando conferencias, hace lecturas... En Nueva York acostumbra a alojarse en Lexington Avenue y le encanta visitar la Biblioteca pública de Bryant Park. No es para menos, pues es de una gran belleza y magníficos contenidos. La mixtura de sus usuarios salta a la vista y sus empleados te facilitan mucho las cosas. Atxaga se adapta al entorno, tomándose esos cafés King Size ante los que es difícil no sucumbir allí (y que, además, resultan económicos).
Precisamente en la zona arbolada de Bryant Park solía practicar yoga Maika Campo, junto con decenas de personas, todos los jueves. El espacio es ideal, un pulmón en medio del ajetreo de una ciudad que no para. "Buscando un espacio zen entre la multitud", describe Maika. En marzo les informaré mejor sobre esta actividad en la revista ON.
Eder Montero, en el 'Txikito' de Chelsea, donde se suelen juntar Uribe y Urmeneta. También Jessica Lange es asidua. |
En aquellos días, del décimo aniversario del 11-S, además de encontrarnos a los primeros indignados en Wall Street, Miquel Barceló había colocado en Manhattan un elefante de colores que se sujetaba sobre su trompa y Sarah Jessica Parker, casi tan neoyorquina como Liberty, rodaba el segundo remake de Sexo en Nueva York. En la ciudad que nunca duerme todo parece posible, y ni atentados ni tornados parecen someter su fuerza...
Así la percibe la artista de origen bilbaíno Abigail Lazkoz, quien lleva más de una década en la Gran Manzana creando y abriendo espacios para sus trabajos. Allí comparte con su pareja y también artista, Fernando Renes, lo mejor y lo peor de una ciudad "ultraestimulante pero también dura. La gente siempre está muy ocupada". Sus dibujos de gran formato han recalado con éxito en la urbe, aunque sea un mercado donde predomina la obra pequeña. Ambos piensan que han tenido "mucha suerte" por poder vivir y desarrollar su carrera en Nueva York.
"Es una ciudad muy viva, imparable, donde no hay una visión americana de las cosas, sino una confluencia de ideas y un interés por el choque cultural: nadie sabe de dónde vienes", describe Txuspo Poyo (Altsasu, 1963), quien vivió antes en Toronto y se instaló en la gran metrópoli estadounidense desde 1991 hasta 2004.
Maika Campo, en la Zona 0 del WTC, en la década del 11-S. |
La también responsable en Artium Charo Garaigorta mantiene "muchos amigos y lazos emocionales muy fuertes" con la urbe neoyorquina. Al terminar Bellas Artes se desplazó allí a estudiar en Columbia University "y luego me quedé a vivir casi 14 años, por lo que para mí es la ciudad de referencia a nivel profesional y emocional".
Itziar Barrio destaca la competencia sana que allí se practica. Los artistas, dice, dedican mucho tiempo a su individualidad, pero cuando confluyen "aprenden unos de otros. Las jerarquías están más disueltas y no hay tanto miedo a compartir".
Maider López, Sergio Prego, Itziar Okariz, Darío Urzay, Ibon Aranberri, Mabi Revuelta, Charo Arrazola, Rafa Villa, Harkaitz Cano... son muchos los creativos de origen vasco que han pasado o continúan echando raíces en Nueva York. En el caso de Mikel Urmeneta, es un entusiasta de la dinámica vida neoyorquina, donde cada día es diferente. "Es raro que quede con la misma persona en varias semanas", resume gráficamente. Y es que se confiesa "alérgico a la disciplina", y lo mismo duerme a ratos a lo largo del día que confunde trabajo con diversión: "Hay que tomarse la vida de una forma relajada. Cuando dibujo me entretengo, cuando me relaciono con la gente aprendo, cuando estoy pensando estoy creciendo...". Mikel trabaja a caballo entre Estados Unidos y el País Vasco... si bien a veces descansa su trajín en la luminosa Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Abigail Lazkoz posa junto a uno de sus identificables dibujos, 'paridos' en la Gran Manzana. |
Urmeneta coincide con sus colegas de origen vasco en que en la urbe americana confluyen muchos artistas, creativos, escritores, académicos "muchos y muy buenos". Si alguien sabe de todo ello es Luis Rojas Marcos, prolífico y exitoso psiquiatra a quien he tenido el placer de entrevistar en dos ocasiones y que suele escribir libros con cierta asiduidad. Entre ellos, uno sobre la resiliencia, que redactó también en primera persona, pues él pudo morir al derrumbarse junto a él una de las Torres Gemelas, y porque ha pasado por circunstancias duras en la vida. Su simpatía e inteligencia logran que sea alguien cercano y muy humano. Le encantan la energía y todo lo que se mueve en Nueva York.
Si algo caracteriza a la ciudad de los rascacielos es su multiculturalidad, y ahí también tiene su espacio el euskera. Aizpea Goenaga me hablaba con orgullo de la "ciudad de referencia" donde se formó como actriz, "sitio idóneo en el que generar redes o entrar en contacto con redes ya existentes, para facilitar estratégicamente la expansión de nuestra cultura y nuestra lengua". Cuando llevaban menos de dos años en Nueva York se congratulaban de "haber conseguido que se conozca la labor que estamos realizando, y sobre todo que los creadores cuenten con nosotros a la hora de salir y de presentar su obra en el mundo".
Si algo caracteriza a la ciudad de los rascacielos es su multiculturalidad, y ahí también tiene su espacio el euskera. Aizpea Goenaga me hablaba con orgullo de la "ciudad de referencia" donde se formó como actriz, "sitio idóneo en el que generar redes o entrar en contacto con redes ya existentes, para facilitar estratégicamente la expansión de nuestra cultura y nuestra lengua". Cuando llevaban menos de dos años en Nueva York se congratulaban de "haber conseguido que se conozca la labor que estamos realizando, y sobre todo que los creadores cuenten con nosotros a la hora de salir y de presentar su obra en el mundo".
Uribe y Macklin, y el PEN Award for Poetry in Translation |
Y, como el Graduate Center es un pañuelo... allí explicó Aizpea cómo larvó la película Esos cielos, a partir de la novela de Atxaga. Los alumnos de la CUNY prestaban asombrada atención.
Si el castellano en NYC tiene sus espacios y enlaces, el euskera va tomando incipiente cuerpo allí. Tras la catapulta que significó la cátedra de Atxaga, quien hablaba de "caja de resonancia: si hay una cátedra en Nueva York, y luego otra en Chicago... pues poco a poco". Por ejemplo, Haritz Goia da clases de euskera en el Instituto Cervantes, mientras Elizabeth Macklin va juntándose con una serie de vascos que mantienen su nivel de euskera fresco. El propio Eder Montero presenta sus cartas gastronómicas con palabras en euskera. En una ciudad donde nada sorprende, es fácil oír resonar las palabras de Atxaga, Lertxundi o Uribe por el aire de Manhattan...
Distance to Destination: 88 miles
Time to destination: 0.20 hours
Local Time: 06.54 PM
Ground Speed: 421 mph
Altitude: 19.500
Outside air temperature: -4º F
Anuncian por los altavoces que el avión aterrizará en breve (...). El avión atraviesa las últimas nubes. Aparece la pista. Las líneas blancas y las brillantes luces. Cada vez más abajo, cada vez más cerca. En el momento en que toma tierra se apaga la cámara. Nieve. (Kirmen Uribe, Bilbao-New York-Bilbao)
Para más información: Investigación sobre Escribir en castellano en Nueva York (en El Tintero, revista Qué Leer de diciembre, blog de Lupi, blog de M. Wasem)
Otros reportajes sobre Nueva York, en el apartado Trabajos de este blog
El Nueva York de Atxaga y La Manzana efervescente (Deia, 2011)
El euskera en Nueva York (y 2). Elizabeth Macklinen elkarrizketa (Deia, 2012)
Entrevista a Kirmen Uribe tras recibir el Premio Nacional de Narrativa (Deia, 2009)
Bernardo Atxaga: "El euskera es como el diamante expuesto en Tiffany´s"
Reportaje sobre artistas en Nueva York (y pág. 2, Deia 2011)
El equivalente europeo: creativos en Berlín (El Tintero, Deia 2013)
Entrevista a Mikel Urmeneta, creativo en Nueva York (Deia, 2011)
Programa de radio sobre Nueva York (Radio Euskadi, 2011)
Ikeder: Guardianes e impulsores de talentos (Pérgola, El Tintero 2013)
Galería fotográfica sobre Nueva York
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