martes, 4 de febrero de 2014

ALEGATO DE LA AUTENTICIDAD



Se acerca Edita Nómada, y coincide que una de las poetas bilbaínas más brillantes, Blanca Sarasua, está girando con su último poemario, 'Baciyelmo', otro redoble de tambor de su ingenio, audacia y reposado y demostrado gusto por lo que merece la pena



Texto y fotos: Cristina M. Sacristán



Blanca Sarasua posa con su último libro junto al bilbaíno Teatro Arriaga. Muchas musas juntas...


(...) Luego aprendí a pensar
y nada me separa de mí misma,
ningún otro movimiento nacional
confisca mi aire libre.
Yo no tengo una patria que marque territorio,
ese es mi pueblo inédito: mi libertad sin red
arriba de las siglas, buscando emparejarse
con quien pueda entenderlo.
                                                       (7 de julio de 1965, Música de Aldaba)



  Como lo hicieran Simone de Beauvoir y Sartre, Blanca Sarasua e Ignacio Ipiña caminaron cuatro décadas por senderos de cereal, de molinos de viento, de musgo y arena de Urdaibai. Pero, al igual que aquellos dos talentos galos, Blanca recuerda hoy que su marido, siendo un gran hombre -como pareja, como persona, como pintor-, no interfería en su escritura, del mismo modo que ella no intervenía en su profusa obra pictórica.

  Con esta moderna premisa, charlo de nuevo y muy a gusto con Blanca, bilbaína de nacimiento y "ciudadana del mundo", a sus "60 y 14", tras haber dado a luz su Baciyelmo, poemario en el que de algún modo responde a la prosa de Cervantes con sus versos. Aguda, consigue que el conjunto maride con equilibrio y gracia, pues si algo distingue a Blanca es su sentido del humor, sus ganas de vivir, de aprender. Y así evoca a Ingres, que en su último hálito de vida dijo "estar aprendiendo". "La pasión hay que tenerla hasta los 90. Yo no sé vivir de otra manera; si no, estaría muerta", asevera Blanca, añadiendo con mirada joven, más joven que la de muchos jóvenes, que siempre le ha gustado "hacerme preguntas". Curiosidad e inquietud que, confirma, le hacen despertarse cada mañana con ganas de seguir descubriendo.



Cuando sea mayor quiero ser una plaza
y ofrecerme a la gente para hablar.
Una raya de frío lesiona el horizonte
y la vida me enseña su percal arrugado (...)
                                                 (Música de aldaba)

  Y es que, en poesía, dice, "siempre estás buscando... afortunadamente. No estamos llegando nunca. Un poema no está terminado nunca". ¿Y por qué la poesía y no la narrativa, por ejemplo? "Porque es la quintaesencia. Una frase, una idea puede dar la vuelta al mundo. Una sola idea puede dar sentido a una vida. Sobre todo tiene que hacernos pensar, por eso odio la poesía-florero".



Que no me guarden nichos,
quiero andar por la muerte,
yo no soportaría el peso de una lápida.
Necesito aire suelto, con espacios abiertos.
Sigue leyendo el patio su tedioso monólogo
doblando de impotencia sus rodillas,
y le acerco una silla a esa idea cansada,
porque yo sólo escucho con el derecho a réplica.


  Parafrasea a León Felipe, a Szymborska, a Ángela Figuera, a Eduardo Apodaca. Muy amiga de Pablo González de Langarika, de José Fernández de la Sota, de Figuera... ha ido trabando amistad con uno de los "grandes poetas" que ella leía cuando empezaba, el catalán Enrique Badosa. Inevitable entre los poetas vascos, ha recibido premios como el Ernestina de Champourcin (Ballestas contra el miedo), Raimundo Ramírez de Antón, Sarmiento... aunque ella no se da importancia. Colaboradora de revistas literarias como Zurgai, Albor, Alborada, etc., también ha publicado en algunos periódicos regionales. Recuerda con cariño aquellos primeros años de las reuniones poéticas en el Boulevard del Casco Viejo bilbaíno, "fantásticas".


Huyen. Se ve que huyen
vueltas de espaldas a la tierra.
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.
Para buscar lo que buscamos
(¿dónde está mi sortija?) una cerilla es buena,
y la luz del gas,
y la maravillosa luz eléctrica…
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.
                                                               (León Felipe, Poemas menores)

 

  Los clásicos impregnan la obra de Blanca, aunque su arrojo y juventud irreductibles consiguen unos versos muy contundentes y vanguardistas:



Mar con rejas.
Cadena perpetua, mar,
volcanes en tu heráldica.
Madre lava, madre sin hijos,
madre,
negro contra luz
en pugna abierta.
Pasaje para el viento:
el único que escapa.
Cadena perpetua en tu belleza,
Lanzarote


  Pero también le gusta perderse por los pequeños pueblos, disfrutar de esos huevos de corral en una aldea perdida de Huesca, charlar con el alma desnuda... Blanca hace honor a su nombre, con esa limpieza de espíritu, con su vitalidad, con su gran sombrero rojo, retando a las estúpidas convenciones sociales. "Son un lastre", afirma sin rubores. Y es que "en la poesía me siento a gusto. Y escribo porque me sale de las narices, con toda la libertad de quien sabe que no le van a publicar nunca. El comienzo de un poema es sólo mío...".


No me toques
con esas uñas largas,
pueblo roto,
quiero sentir tu piel
no tu armamento
                                                (Piel sin armas, Música de aldaba)

  Ahora, tras nueve libros y algunas antologías significativas, Blanca se ha atrevido con Cervantes, a quien pide disculpas por su osadía, como lo hiciera con Beethoven en su originalísima Música de Aldaba. Este último poemario, Premio San Juan de la Cruz 2008, se inspiró en los golpes que dicen que un Beethoven ya sordo tradujo en su Quinta Sinfonía. Toda una metáfora que la llevó a volcar, con coraje y pasión, poemas llenos de contenido y, claro, también de forma.



  Los dos de nuevo, Sancho y don Quijote,
por las tierras sin lindes de Castilla.
La tarde va cumpliendo su palabra
y escribirá el ocaso su luz sacralizada.
Silabea la risa en su algazara,
rebuzna el rucio, relincha Rocinante
y los cuatro se entienden
en un único idioma:
el de la libertad.
                    (Baciyelmo)


  En Baciyelmo (Biblioteca Nueva), Blanca extrae capítulos de la prodigiosa obra de Cervantes y ofrece su visión poética, socarrona, tierna, a través de sus versos. Interesada particularmente en la figura de Sancho, tan práctico, sencillo, del pueblo, centrado... la poeta navega "entre lo coloquial y lo culto, entre el juego humorístico y la aspiración ideal", define en su prólogo José Fernández de la Sota.



Olvide a Dulcinea, señor de la tristeza,
aunque sin ella no suenen las campanas.
Si llegan a encontrarla, qué dirán
los gigantes enviados por vos
a postrarse ante ella.
Dulcinea ensoñada...
(...)


  La poeta llega hasta la conclusión de la novela, adentrándose en los sentimientos del noble hidalgo de La Mancha:


Me muero de tristeza, Sancho, amigo,
ahora sé que no existe Dulcinea
y no hay árnica que cure el desengaño.
Queda un solar para el recuerdo inútil
que no construye nada que se mueva,
porque la muerte siempre se lo encuentra
en cualquier pasadizo.
Y te daré mi último consejo:
lleva tu soliloquio con decencia.
Me voy sin entender por qué no hay yelmos
si son tan necesarios



  Se trata de un original y muy esmerado trabajo en torno a uno de los clásicos a ensalzar, y así lleva meses Blanca, recitándolo por diferentes puntos de la Península.





 

  Ahora ya afronta un nuevo poemario, que está "muy avanzado", y tiene algún poema inédito metido en algún cajón. Me lo cuenta en el estudio lleno de estrellas donde pintaba Ipiña, y al otro lado, viendo las chimeneas del Casco Viejo de Bilbao, ella componía sus versos... Un espacio de madera, cuadros y libros, abstracción del auténtico amor al arte. El que les hizo confluir en la vida y hoy sigue siendo tractor de los enérgicos pasos de Blanca Sarasua, ajena al artificio del mundanal ruido...



Entre cuadros de Ipiña, en el estudio que compartían en el Casco Viejo de Bilbao.


Pido una prórroga porque aún no he comprendido.
Libertad de perfil, qué mal te expresas,
no enseñas tu relieve,
no estallas en la página.
Quédate por lo menos en forma de secuela,
afíncate con garra,
pleitea con mis noches.

Cualquier cosa mejor
que declararte autista.
                                                   (Libertad de perfil, Música de Aldaba)



Para más información: González de Langarika, el buscador de la luz
Web Zurgai
Reportaje sobre Poetas Vascos (Deia, 2009) y Día de la poesía: Aún pequeña pero resistente
Edita Nómada, desde este fin de semana en Bilbao
Entrevistas a Itziar Mínguez (Deia, revista Pérgola)
Reportaje sobre Metaliteratura en la revista Pérgola
Cosecha de pensamientos . Afterhours, de Uberto Stabile. Presentación en Bilbao el sábado 8, 20 hs., en Villarías 2. Entrevistaré en directo a Uberto y recitarán poemas varios autores
Tras los pasos de Szymborska y Conrad (El Tintero, 2013)
Reportajes de investigación sobre el castellano en Nueva York (Qué leer, El Tintero, LUPI) En unos días, creativos vascos en Nueva York, en El Tintero
Reportajes sobre movimientos artísticos y literarios multiculturales en Berlín (Deia, El Asombrario, El Tintero, Aurora Boreal)
Web Escritores Vascos
Reportaje sobre la vida y obra de Ignacio Ipiña (Deia, mayo 2014)


Andrés Neuman: "La poesía tiene lugar en el silencio de casa y de lunes a domingo" (Deia)
Entrevista Bahiyyih Nakhjavani (Emakunde, 2011)
Más temas literarios y culturales recogidos en El Tintero y en el apartado Trabajos
La pintura de Víctor de Landeta, sutileza y armonía (Deia, hace 2 días)


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2 comentarios:

  1. Extraordinario. He diafrutado leyendo tu articulo sobre esta mujer. Su poesia me ha gustado
    Es estupendo poder descubrir estos personajes a traves tuyo.

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    1. Me alegra mucho que te guste, Herminda. Yo creo que Blanca Sarasua es redonda en su escritura, afilada y bailable, rotunda y soñadora... Es muy buena.
      No en vano una de sus poetas favoritas es Szymborska...
      Seguimos enhebrando letras. Un abrazo,

      http://infoeltintero.blogspot.com.es/2014/01/tras-los-pasos-de-szymborska-y-conrad.html

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