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miércoles, 29 de abril de 2020

AQUÍ NO SE TIRA NADA

En estas semanas difíciles e imprevisibles, el reciclaje se impone. Apenas estamos consumiendo novedades, y la crisis económica generará una mayor imaginación en las creaciones y los hábitos de vida. Aquí recojo los trabajos que he ido haciendo sobre reciclaje creativo, cuyas manifestaciones, ultradesarrolladas en Holanda y Berlín, llegan hasta donde quiera nuestra capacidad de imaginar



Texto y fotos: Cristina M. Sacristán


En Piet Hein Eek, en Eindhoven, se recicla todo. En esta cafetería usaron botellas de plástico para hacer lámparas, por ejemplo.



  Pasear Berlín es un espectáculo para los ojos. La creatividad se adueña de los escaparates, de los muros pintados con grafitis, de las cafeterías que sirven libros y de las librerías que sirven café. Lo habitual es que paseen por delante de nosotros con rastas, el pelo teñido de violeta o de azul, o que una chica lleve medias de diferentes colores. En este caldo de cultivo en el que la imaginación se dispara, el reciclaje creativo está presente, también. Objetos decorativos que parten de utensilios, como cucharas o incluso botellas de vidrio o plástico. Objetos vintage en bares, hoteles y restaurantes. Mesillas que fueron latas. Lo dicho, hasta donde la imaginación alcance.

  Ya se sabe que se dice que Berlín es una ciudad "pobre pero sexy" (poor but sexy), de modo que los artistas noveles que arriban con más sueños que medios desarrollan en buena medida el reciclaje creativo. En la capital alemana es fácil encontrarse con una habitación minimal sin armario ni cajones tradicionales, y sí cajas y perchas a la vista, así como mesas a partir de una simple tabla de madera o bien de una puerta colocada sobre las patas. O bien cajas para colocar los cubiertos y las cazuelas, en lugar de los armarios típicos de las cocinas. En el caso de algunas ciudades holandesas, donde el diseño campa a sus anchas -como Amsterdam, Eindhoven o Utrecht-, reciclar objetos es uno de los mandamientos del conocido como Dutch Design. Diseño mundialmente reconocido y que desarrolla un gran sentido del humor, sensibilidad medioambiental y, por tanto, tendencia a la reutilización. Tuve la suerte de engrosar un press trip por Holanda en torno al Festival Internacional de Diseño y por ejemplo en Eindhoven habían realizado el pabellón destinado al evento cubriéndolo con plástico reciclado de los envases de yogures. Tarrinas donadas, en contenedores, por la ciudadanía.



El organizador ReinderBakker muestra las placas hechas con envases de yogures.



  El diseño se ha desarrollado mucho en Holanda "porque somos muy prácticos", estima el responsable de Comunicación del Stedelijk Museum, Martijn van Oostrom. "Los arquitectos se encargan de solucionar problemas sociales. Así, si hay que ampliar el parking de la estación porque hay muchas bicis, buscarán una solución pragmática", "Holanda es un país pequeño, de forma que se diseña pensando en sacar partido a los espacios reducidos", considera la responsable de Turismo de Holanda Alexandra Johnen.


  En cambio, y a pesar del pragmatismo evidente, también hay un guiño constante. Quizás por el amor a las libertades que promulgan los holandeses, que cuentan con una sociedad que se jacta de ser tolerante y abierta. Al igual que en Suecia son ergonómicos, puede que ese amor holandés por la libertad, su desinhibición ante cuestiones como el sexo, la marihuana o la eutanasia; su independencia ante las religiones... se traduzca en bombillas que bailan, en sillas combinadas de diferentes colores, en columpios de los que salen plantas o en pegatinas en el teléfono de la habitación del hotel, que dicen: "Esto es para la decepción (tachado). La recepción. Úselo con libertad".

  Precisamente en ese contexto de maximización, el país neerlandés está destacando por el elevado número de iglesias que viene remozando, a cientos, tras caer en desuso, y convirtiendo en habitáculos para destinos muy diversos. Desde bibliotecas, museos y librerías, pasando por restaurantes y bares, hasta centros cívicos y ¡discotecas y pistas de skate! En España hay casos contados de iglesias reutilizadas, mientras que en Bélgica y Escocia me indican colegas que hay algunas, también. En Bilbao destaca el uso que se le ha dado a la iglesia de la Merced, en pleno Bilbao la Vieja, junto al Casco Histórico y la Ría. Actualmente se llama Bilborock, y lo mismo ofrece conciertos que obras de teatro. Muy en la línea de las corrientes artísticas de BLV.

  En Burgos es destacable el Palacio de los Condestables, edificio gótico conocido como Casa del Cordón, y que actualmente se usa como Centro Cultural y albergando la sede de una Caja de Ahorros. Se sitúa en la Plaza del Mercado Mayor.




La iglesia Pastoor van Arskerk de Eindhoven sirve hoy para utilidades de centro cívico e incluso alberga un consultorio médico.



  En Holanda, los feligreses fueron abandonando las iglesias, por un creciente ateísmo y en su afán de llevar las creencias al ámbito privado, de forma que sus responsables han ido buscando la manera de que no mueran del todo. Miel Wijnen es un arquitecto que ha desarrollado proyectos de reutilización de iglesias. Su trabajo en Pastoor van Arskerk, en Eindhoven, es una especie de "rompecabezas" en el que conviven el continente antiguo, la iglesia, y unos espacios modernos, ergonómicos y diáfanos para usos muy diversos. Así, los frescos y las pilas bautismales, intactas, cohabitan con asientos de diseño, ordenadores y mesas futuristas. Todo "un desafío", para sacar partido a los espacios, sin alterar la estructura, pero además para hacer gala de algo que es muy holandés, dice: "el espíritu mercantil". Rentabilizar edificios que ya no apoyaban sus feligreses. Y, en Holanda por delante de cualquier país con ateísmo en aumento, lo logran.

  Wijnen admite que no es sencillo reconvertir los templos, aprovechándolos para fines de actualidad, si bien cuando se da con la fórmula "consigues resultados impracticables en otros escenarios", celebra. El experto especifica que el Gobierno belga es propietario de las parroquias, mientras en Holanda son privadas, razón por la que, en caso de lograr rentabilizar el cambio, se están sucediendo tantas transformaciones. Reutilización que los creyentes aceptan de buen grado, ya que las iglesias donde se casaron o bautizaron se mantienen de algún modo abiertas.



El restaurante Olivier de Utrecht es una antigua iglesia y combina la carta de cervezas con el órgano.



  En Utrecht, el restaurante Olivier, "el mejor de Holanda", está enclavado en la vieja iglesia Sta. Maria Mirror Kerk, cuyos órgano y retablo continúan intactos. La gente charla animadamente y una mujer acaricia a su gato mientras come con una amiga. Es habitual que en grandes ciudades holandesas encontremos este tipo de locales. En Utrecht, el flamante Centraal Museum y su Museo del Carillón también ocupan antiguos templos y, por ejemplo, Susanne Pieren, agente turística en Utrecht, me cuenta cómo van a una vieja iglesia, Sint Willibrordkerk, a tomar una cervecita, y que la luz de las velas que encienden confiere cierta intimidad y sensación de relax, acompañada por buena música. A esto le llaman la "Noche de las luces".

  En Holanda, el respeto al entorno, la sostenibilidad y el abaratamiento de costes se conjugan consiguiendo producciones bastante sorprendentes. Ya al llegar a Eindhoven veo a una mujer que busca en qué papelera ha de tirar una botella de plástico de agua. Ese es el paisaje holandés, el ambientalista, más allá de sus tulipanes, sus bicis y sus molinos de viento.

  Buena parte de los trabajos de los diseñadores holandeses tiene que ver con la experimentación. Ya desde De Stijl las búsquedas de nuevas formas, de combinaciones de letras e imágenes, de collages innovadores, en diferentes disciplinas, muestran que en este país elucubran mucho a la hora de crear. Así, y de la mano de su gusto por la reutilización y el respeto por la Naturaleza, investigan cómo ser originales a la vez que avanzan en campos inexplorados. Un buen ejemplo de esto son Atelier NL, Lonny van Ryswyck y Nadine Sterk, quienes además de tener su taller en una vieja parroquia de Eindhoven desarrollan una labor de estudio de los materiales naturales, en la que implican a personas interesadas: hay quien recoge arena de playas de diferentes puntos del planeta y la aporta a su taller. Ellas suelen exponer y dar conferencias, con la intención de "compartir nuestros hallazgos", me contaban.



El restaurante del Hotel Plaza de Leeuwarden se enclava en un viejo convento, y este era su claustro.



  Floris Wubben es uno de los artistas que trabajan la cerámica en Holanda, buscando nuevas formas y expresiones. "A riesgo de equivocarme en el proceso", admite en el Keramiek Museum. Lo que vemos en este centro me recuerda en parte a las esculturas de madera de Jesús Lizaso, que en ocasiones parecen derretirse.

  Piet Mondriaan y Theo van Doesburg lograron tirar del ovillo de la vanguardia neerlandesa desde un minúsculo espacio de la localidad de Drachten. De ahí derivaron todas esas tipografías y dibujos dadaístas, los collages y combinaciones de colores y cuadros que han pasado a la historia del arte, la arquitectura y el diseño. Y hoy inspiran las decoraciones de multitud de viviendas y espacios públicos. El press trip por Holanda tuvo lugar cuando se cumplían 100 años del nacimiento del movimiento De Stijl y 25 del llamado Dutch Design.

  Las sillas, los asientos, forman parte ineludible de nuestras vidas. Así, los diseñadores holandeses llevan largo tiempo desarrollando su creatividad en torno a ese elemento de la decoración, aclaraba en el Centraal Museum de Utrecht la comisaria Nadine Gouders. La referencia es Gerrit Rietveld, que creó la silla de colores y futurista que luego ha inspirado tantas formas y modelos. Es muy habitual que los holandeses combinen en un mismo comedor sillas de diferentes colores e incluso de distintos materiales: madera, escay, plástico... Es marca de la casa.

  En el baño del Hotel Mary-K de Utrecht se mantiene una antigua puerta de madera, que separa el dormitorio del lavabo, y al otro lado una bañera y el resto de sanitarios son rabiosamente innovadores. Las mesillas, en este caso, son grandes latas. En el comedor, las lámparas cuelgan arbitrariamente, de forma discontinua, dando un toque de alegría.




Asiento hecho con colchas por Tejo Remy. Cuando estuvo expuesto en el Centraal Museum de Utrecht.




  Aunque también hay iniciativas de este tipo en Berlín y Nueva York, por ejemplo, los diseñadores holandeses se llevan la palma en combinaciones de bombillas, fuentes lumínicas y materiales insospechados para revestir o decorar lámparas o juegos de lámparas. Llaman la atención las creaciones de Vantot, que combinan materiales en formas futuristas, mientras Ralph Nauta tiene iluminaciones que más parecen de un artista que de un diseñador. En el caso de Vantot, su proximidad al Campus Tecnológico influye en sus producciones, me explican. Hay que tener en cuenta que en Eindhoven nació y se desarrolló Philips, lo cual ha marcado su Festival de Diseño.


  Sólo es precisa una mínima sensibilidad para dejarse seducir por el derroche de creatividad que desprenden los diseños de las principales ciudades holandesas, Nueva York o Berlín. Desde la habitación del hotel, pasando por el restaurante, en esos escaparates imaginativos, en las exposiciones, en los comedores... Al arribar al hotel en Amsterdam, un montón de maletas viejas apiladas conforman el fondo de la recepción. Lo de apilar maletas, cajones, sillas y otros objetos es muy holandés, y lo veremos por la calle, en los museos, en los hoteles...Se diría que las libertades de las que se jactan los holandeses se traducen en una creatividad sin límites, divertida; los creadores son juguetones y los resultados, contagiosamente alegres. Así, por ejemplo, el Student Hotel de Eindhoven está lleno de pequeñas bromas, como cuando vamos a la ducha y el bote de gel reza "Shower Power".

  En el estudio Piet Hein Eek, el restaurante es un ejemplo diáfano de la tendencia a la reutilización en el diseño: la barra está cubierta de tuberías de colores, las sillas son dispares entre sí y las lámparas del techo cuentan con botellas de plástico colocadas juguetonamente.



En la entrada al estudio Piet Hein Eek llama la atención esta cabeza hecha con objetos electrónicos desechados.


  Piet Hein explicaba recientemente cómo desde su adolescencia ensayaba en su cuarto con materiales desechables, y así iba componiendo objetos que luego pueden ser de utilidad, como pequeñas sillas. En el caso de Tejo Remy, crea cómodos asientos a partir de colchas dobladas. Remy es un puntal en reanimación de objetos, de modo que encabeza Droog Design, una empresa dedicada a la producción de mobiliario y objetos de uso doméstico a partir de residuos en riesgo de extinción. El MoMA neoyorquino ya ha 'fichado' algunas de las ideas de este holandés tan imaginativo.


  "En los últimos años sí notamos un aumento del interés hacia el tema del reciclaje. Además, las alternativas para los envases de plástico y plástico son cada vez más comunes en la Dutch Design Week", explica Julie Trienekens, de la Dutch Design Foundation.

  En Berlín, como decía arriba, es fácil encontrarse con manifestaciones creativas de este tipo, y en el 25 aniversario de la Caída del Muro Ai Wei Wei mostró en una exposición algunas de sus creaciones a partir de objetos cotidianos. Por ejemplo, un montaje a base de bicicletas concatenadas. Muy berlinés. Y holandés, claro... En Berlín muchos artistas tienen sus estudios en viejas fábricas reutilizadas, y algunos restaurantes también han ocupado dichos espacios industriales.

  Precisamente en esa época el artista vasco Víctor Landeta se encontraba pintando trozos del famoso Muro de la Vergüenza (Schandmauer). Los tenía en Teltow y más tarde fueron poblando diversos lugares de la capital alemana. Pintaba rostros de Premios Nobel de la Paz. Fueron contados los artistas que pintaron trozos del controvertido muro.


Víctor Landeta, en acción, pintando trozos del mítico Muro de Berlín. En Teltow (Brandenburg), en el 25 aniversario de la Caída.


  Otro país que sabe mucho de restauración, reutilización y reconstrucción es Polonia. Hay que tener en cuenta que en la II Guerra Mundial fue destruida en un 80%. En el caso de Varsovia, algo más, y fueron sus gentes las que se echaron a la calle para reconstruir, piedra a piedra, cada edificio, cada monumento. En mi blog recojo diferentes trabajos en torno a la actual personalidad de Polonia. En lo tocante a Berlín, la escritora Bibiana Candia me contó cómo fueron las mujeres, las que no habían ido al frente, las que reconstruyeron con sus manos la ciudad devastada. Las llamaron las Trümmerfrauen.

  Una curiosidad poco conocida es que Nueva York siempre ha tenido una estrecha vinculación con las ostras, hasta el punto de que parte de sus cimientos están hechos con conchas de ostras. Arrecifes con este material e incluso exposiciones. En su día, tanto el pavimento de la calle Pearl como los cimientos de Trinity Church, y otros edificios de Manhattan, se componían esencialmente de conchas de este molusco. Hubo un tiempo en que los newyorkers adinerados y los empobrecidos comían ostras, sin distinción. Viajeros como Charles Dickens dieron cuenta de esta realidad.

  En mi viaje por los hitos del Dutch Design, un colega escocés me dijo que en Edimburgo también habían reconvertido iglesias. Y, al cabo de este post, me confirma un fotógrafo, Iñaki Alonso, que en la capital escocesa "hay unas cuantas iglesias, e incluso un banco, reconvertidas en centros culturales, mercadillos y pubs". Y es que existen casos de reutilización de lo más variopintos, incluso para albergar a mochileros.

  Cuando ya he terminado este post, me habla Jon Aldeiturriaga, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao, del origen de los famosos vasos de txikito bilbaínos. Al parecer, en la visita de la regente María Cristina a Bilbao se engalanaron las calles con unas lamparillas especiales. Pero, claro, al abandonar la ciudad la soberana no sabían qué hacer con esos objetos extra, y un avispado comerciante ideó reconvertir las lamparillas en unos vasos especiales. De esa visita habla una bilbainada muy sonada. Aldeiturriaga me cuenta, también, sobre los 'trash bars' de Budapest. No los conocía -yo me quedé en Praga y Karlovy Vary-, y sin duda son de lo más pintorescos. En internet encuentro que les llaman "ruin bar", y aprovechan espacios ruinosos de la ciudad. También me entero de que existen las bicicletas hechas con bambú. Lo dicho, hasta donde la imaginación alcance...




"Ramilletes" singulares ideadps por las artistas de Recrea2 para Fecal Mater. Foto: Beti Silva


  Tras estas andanzas internacionales, me encuentro con los trabajos que desarrollan Recrea2 en Bilbao la Vieja. Dos artistas, Beatriz (Beti) Silva y Ana Dávila, siguen la estela descrita con sus asientos hechos con medias bañeras, sus lámparas realizadas con serpentines o sus bolsos confeccionados con latas. Nos sentamos sobre un televisor y resulta que es un asiento cómodo. Tienen curiosidades de todo tipo, con especial acento en la decoración empleando muebles con ruedas. "Los hacemos multiusos", relatan, y es que son piezas que pueden ocupar diferentes zonas de la misma estancia. Ellas hablan de "mestizaje" y de "ópticas nada convencionales".

  En su taller se apilan objetos de madera, paneles de plástico y de policarbonato, alambres, botellas, tambores de lavadora para forrarlos y hacer puffs... Reconocen que trabajar entre serrín y polvo es duro, y que lijar madera no es una tarea sedosa. En cambio, afirman que les encanta su actividad. De hecho, no se ponen límites y si les encargan piezas complejas hacen un estudio de cómo acometer dicha obra. Y si les dan rienda suelta, se ponen a crear con afán. "Hacemos un dibujo, tenemos las ideas... En principio no decimos que no a nada".





Los objetos se apilan en el taller de Recrea2 y luego se convierten en lámparas, por ejemplo. Fotos: Beti Silva


  Empezaron en la Universidad, donde cuentan que se trabaja el "basureo", y creen que "siempre se ha utilizado el material reciclado, pero ahora parece que la gente está más concienciada". En aquellos años 90, reutilizaban "lo que fuera. Trabajar con material reciclado fue bastante natural". Encuentran conexiones con Berlín, por ejemplo con el mobiliario de Tacheles. Sin duda esa movilidad de los muebles atípicos por la estancia es muy 'Berliner'.

  Hay otras iniciativas del estilo, como es el caso de Kekelis, que está actualmente diseñando joyas en el taller de Recrea2, donde trabaja plantas, piedras, etc. Dolo Navas, aunque suele trabajar en Barcelona, es diseñadora, artista y educadora que lleva 20 años trabajando el reciclaje y la Naturaleza. Así, entre otras creaciones, realiza faldas a partir de paraguas, aunque también hace bisutería y obra artística a partir de tejidos. En el caso de Truca Rec, hacen ropa en 2 de mayo, desde delantales hasta camisas, pasando por talleres de txapelas. Por su parte, Tunipanea  compone instrumentos musicales utilizando materiales desechados.

  La veterana artista Bego Intxaustegi, amiga de Néstor Basterretxea y Jorge Oteiza, capitanea el proyecto Amiarte. Se puede hacer arte de calidad con pocos recursos, reivindica, y así lo logra con artistas en peligro de exclusión social, en su taller de la calle Gordóniz en Bilbao. Es una satisfacción visitarles y comprobar las espléndidas obras que hacen estos creadores que llegaron en condiciones extremas a nuestra tierra. Mientras el mundo no mejore, más equitativamente, Amiarte estará ahí alentando a artistas de todo el mundo.





Lámparas de Tejo Remy hechas con botellas. Recrea2 hace este perfil de diseños, también.


  El creador del spin off Catas con Arte, Jose Berasaluce, me habla de su amigo artista Arsenio Rodríguez, autodidacta que destaca en Andalucía por sus obras realizadas a partir de plásticos. Acaba de publicar un reportaje sobre él la revista AD. Tiene el taller en un espacio abovedado incrustado en la misma muralla de la ciudad de Cádiz. Incluso imparte talleres sobre reciclaje, en su "afán recuperador" y ha participado en la Dutch Design Week.

  Una educadora social también me habla de exposiciones de arte reciclado. Me encuentro con el Museo Internacional de Arte Reciclado en Barranquilla (Colombia). Es en la vecina Paraguay donde hacen y tocan instrumentos musicales con materiales desechados. El Mirab expone obras artísticas y de diseño recicladas, procedentes de artistas locales e internacionales. Por su parte, el Museo de Teruel también organizó una exposición de estas características para el Día de los Museos.

  En el caso de la navarra Edurne Ibáñez, estudió diseño de Moda con muchas inspiraciones artísticas y un taller familiar, de donde extrajo materiales de neumáticos para confeccionar faldas y vestidos. Edurne ha ido desarrollando modelos de alta costura con materiales de lo más variopintos, a partir de virutas, caucho, tuercas... y reconoce que está todo el día borboteando en su cabeza ideas. Ideas que la han llevado a ser premiada en varias ocasiones por sus creativos trabajos. Ganó su primer premio utilizando coladores de leche. "Yo lo que intenté cuando empezaba fue trabajar siempre reciclaje para compensar la ausencia de dinero. Porque son cosas que la gente tira. Pero intentando que fuera un reciclaje súper-cuidado". Los materiales de un tornero no son habituales en moda, de forma que las creaciones de Edurne son consideradas muy originales. En la colección Agrikouture 2016 empleó también cuerdas de empacar y sacos.

  Edurne combina sus diseños para alta costura con vestuarios para ópera y diseños para festivales como After Cage (música contemporánea). Por ejemplo, parte de una manguera de jardín, la mete en el torno, va sacando la viruta, "de ahí se hacen ovillos como si fuera lana y luego se teje. Lleva dos botes de Nivea, para que pueda correr haciendo el punto, como es goma... Es todo problema-solución, problema-solución, y al final sale esto", cuenta, mostrando una falda negra premiada.


Este es uno de los diseños de Edurne Ibáñez, realizado con plumas de ave, para la colección Agrikouture. Foto: David Muñiz


   La actividad de estos creadores demuestra que para hacer arte hace falta más imaginación que medios. "La economía manda, pero en parte es también intencional", señala Beti Silva, quien confiesa que al ir al chatarrero visualiza lámparas al ver serpentines. "Si pudieras, harías la releche. Si contaras con unos tablones de roble estupendos, pues harías mesas de roble a mano, por ejemplo", apostilla Ana Dávila. Aseguran que ven una pieza y "ya sabemos qué vamos a hacer con eso". "A veces, vas a sitios donde hacen recortes y dices mira esto qué bonito para una pata de no sé qué. En ocasiones, te fascina y luego lo tienes hasta 10 años. Hasta que lo usas", describen. No es una producción industrial, sino que son todas "distintas y artesanales". Pues hay quienes piensan que, al ser material reciclado, la pieza tiene que ser muy barata. Alguna vez han colaborado con Amaia Atorrasagasti, arteterapeuta que formó parte de la 'cuadrilla' de Álex de la Iglesia en los años 80. Suelen trabajar con Sarean en diversos proyectos.

  De vez en cuando, estas artistas van a cenar a casa de amigos o familiares y les piden que les guarden las botellas o las latas. "Vamos con furgonetas a recoger materiales a empresas que prescinden de maquinaria, objetos... A los cierres de exposiciones, por ejemplo".


Flor encendida. Foto: B. Silva (Recrea2)


   El reciclaje creativo no surge únicamente por la sostenibilidad o como una economización de medios, sino además como una vía de crear objetos inverosímiles. La crisis económica trajo a los medios de comunicación el término upcycling, pero en los años 90 ya se estilaba en Alemania, junto con Holanda puntera en cuidado medioambiental y reciclaje. Se trataba de Reiner Pilz y la reutilización de distintos objetos y materiales en "productos de mejor calidad o con un mejor valor ambiental". "Seguimos masificados y durante mucho tiempo hemos sido adoctrinados en bajo precio y no calidad. Hay una tendencia real a la slowfashion y el handmade (hecho a mano), pero no acaba de estar asentado. Es cierto que cada vez se valoran más "las cosas bien hechas", pero aún no hay un panorama muy alentador de mercado para los nuevos diseñadores y artesanos", estima Edurne Ibáñez.

  Es más que posible que toda esta intensa racha condicionada por el coronavirus requiera del reciclaje en muchos aspectos. Desde luego, en el artístico. Y puede que ahora nos demos cuenta de la necesidad de respetar al Medio Ambiente, tan dañado por el consumismo. Con el tiempo veremos qué calado cobra el upcycling. De momento, sus protagonistas asisten a una auténtica interrogación.




  En el recorrido que hice por Utrecht hace unos años, me dijeron en el hotel Mary-K que si estaba sorprendida con el diseño holandés y el berlinés debería ir a Helsinki. Que allí me quedaría con la boca abierta. ¿Próxima parada?



·"Nunca hacemos la misma pieza dos veces" - Recrea2

"Es todo problema-solución, problema-solución, y al final sale esto" - Edurne Ibáñez



Ai Wei Wei hizo este montaje para el 25 aniversario de la Caída del Muro de Berlín. El artista chino reutiliza materiales cotidianos.



Para más información: Reportaje sobre diseño holandés en la revista ON (octubre 2017)
Reportaje sobre las iglesias reutilizadas, en Deia y Grupo Noticias (octubre 2017)
Reportaje sobre las claves del diseño holandés en El Asombrario
Reportaje sobre el diseño más sexy, en Diari Ara (octubre 2017)
Entrevista a Recrea2 (Deia, Grupo Noticias). Reportaje sobre el reciclaje creativo en la revista ON (págs. 26-28)
Reportaje sobre Bilbao la Vieja como nido de talentos (Pérgola, págs. 10-11)
Reportaje sobre BLV y su explosión artística en los años 80 (Deia)
Reportajes sobre la creatividad en Berlín (El Tintero, Deia, El Asombrario). Las corrientes multiculturales y literarias. Los retratos berlineses de David Hornback
Reportajes sobre los artistas en Nueva York. El fenómeno de la escritura Spanglish o neuyoriquen (Qué leer, El Tintero, Deia). El intercambio euskera-inglés americano
Upcycling en la Arquitectura. Orquesta de instrumentos reciclados
Collages en un reportaje de La 2 de TVE
Tres mujeres que lideran las tendencias en diseño (La Vanguardia)
Utrecht, pasado y futuro pedalean juntos (revista ON 2016, págs. 30-35)
Santa Catalina, un convento reconvertido en jardín botánico
Huesos de aceituna reconvertidos en juguetes, para evitar el plástico
Edificios reutilizados y repintados con motivos que contextualizan
Obras Patrimonio mundial de Le Corbusier
Galería fotográfica de Holanda en este blog. Fotos del Berlín de los artistas
Haciendo dibujos con arena en Ucrania
Holanda se piensa el Nexit (Deia, 2016)
Miradas sobre la crisis del coronavirus, recogidas en el blog
Reduciendo la contaminación reduciremos las pandemias (Econoticias)
Tiempo de resetear, tiempo de reciclarnos (El Asombrario)
Webs Dutch Design Foundation. Truca Rec. Tunipanea. Edurne Ibáñez. Dolo NavasKekelisAmiarte  Traka Barraka  Reciclar es arte

miércoles, 2 de octubre de 2019

POR LOS TESOROS DE LA LLANADA ALAVESA

La Llanada alavesa, además de una gran sensación de energía y de paz, regala tres tesoros incomparables: las iglesias pintadas de Alaitza, Gazeo y Añua. Tras siglos olvidadas bajo retablos, sus paredes recuperadas hablan misteriosamente al visitante de una historia convulsa



Atardecer en la Llanada alavesa. La visión de la Sierra de Entzia es un soplo fresco para el espíritu.





Texto y fotos: Cristina Mtz. Sacristán




EN la Llanada alavesa la sensación siempre es de que ha empezado la primavera, pues la paz y la energía acompañan al visitante al mismo tiempo, con ayuda de esas llanuras verdes y amarillas, con los fardos pictóricamente agrupados, las patatas apiladas junto a los arcenes, esas montañas rosadas al desgajarse el sol al atardecer... La hipnosis es algo inevitable, y sorprende por inesperada.

  Al recorrer la zona en busca de sus tesoros, se diría que algo mágico pintó las iglesias y dibujó sus campos… Hace frío y a veces llueve, pero esto sólo contribuye a incrementar la sensación de misterio que atrajo a Iker Jiménez a Alaitza: tras los cristales del coche, empañados y llenos de gotitas, Nuestra Señora de la Asunción aparece fantasmagórica. Está oscureciendo y un perro rompe el silencio con sus ladridos.

  Conocer las iglesias de Lautada es un estupendo pretexto para cerrar los ojos y dejarnos impregnar por la sensación de tranquilidad de la zona. Y, después, abrirlos, para asombrarnos ante esa imponente Sierra de Entzia, en los atardeceres rosados, o ante la visión que ofrece el descenso del Puerto de Opakua. Un espacio que relaja también de forma especial es el Parque Provincial de Garaio, al que accederemos en dirección a Gasteiz y desviándonos hacia Ozaeta. El embalse de Ullibarri-Ganboa es, además de espacio ideal para el ocio –con zona de baños, pesca y paseos-, un centro magnético para aves de gran belleza, que sobrevuelan nuestras cabezas, libres.




  No muy lejos de Agurain, por Arrizala, encontramos otro núcleo tocado por alguna sorgina, por su belleza y energía. De ahí su nombre, Sorginetxe, dolmen que lleva desde el Neolítico desafiando a la gravedad, a través de seis grandes losas de roca caliza que sostienen la de cubierta, y que, según Barandiaran, las brujas trajeron “en las puntas de sus ruecas durante una noche…”. Un ralentizador silencio es interrumpido por algún graznido.




Descargando patatas en Gazeo. Una operación con auténtica musicalidad.








  Otro capricho es acercarse a la cueva de La Leze, en Ilarduia, en el Parque Natural de Aitzkorri-Aratz. Con fauna y flora de roquedo y forestal, esta zona rocosa acoge a buitres leonados, chovas piquirrojas y cuervos. Y no es difícil verlos. Hay quien aprovecha para conocer su quesería de Idiazabal.





  Una localidad muy gastronómica es Alegría-Dulantzi. Allí el restaurante Km. 0 Erausquin confiere ritmo slow a los cocidos, postres caseros y singulares hamburguesas de potro. La plácida sonrisa de Rosa, su propietaria, es contagiada al comensal, entre históricas fotos en sepia. Cerca podemos acceder al Castro de Henaio, poblado romano escondido bajo matorrales. Al amanecer, el rocío parece “inspirar a los joyeros de Swarovski”, como describe Rosa. Se puede llegar a Alegría siguiendo el Camino de Santiago, donde la paz inunda al viajero, a través de pequeños pueblos, enmarcados en el verdor campestre, como Langarika, Gazeo y Ezkerekotxa. En Langarika es bonita la estampa de la iglesia y su frontón desconchado.





Dolmen de Sorginetxe, desafiando a la gravedad históricamente.







  Arribamos al núcleo de Lautada, Agurain, y sus habitantes caminan tranquilos por las calles. Amurallada del todo en el Medievo, la bastida estaba formada por tres calles y cantones. Hoy, en su calle Mayor encontramos un eje estupendo para conocer el pueblo, aún con reminiscencias de aquellos tiempos y la ayuda de su afanada oficina de Turismo. Esta calle es ideal para hacer paradas técnicas, con el pintxo-pote en buen número de bares, menús diarios estupendos y, entre otras sorpresas, el único sommelier por la American Tea Master, Juanjo Barquilla. Se trata de una vía llena de escudos heráldicos, que desemboca en la Plaza de San Juan, famosa por su mercado milenario. Su iglesia homónima, antiguo templo-fortaleza, se sitúa junto a unos soportales, olbeas, en la antigua judería, que nos conducen a palacios del s. XVI al XIX.



  El ayuntamiento tiene como particularidad que alberga, embebida, la ermita protogótica de San Martín. Y por la Kale Nagusi podemos acercarnos a la visión privilegiada de montañas medio nevadas y molinos de viento, desde la Iglesia de Santa María (s. XV). En ella algunos pájaros han anidado en sus oquedades.




  Si el caminante necesita un descanso, qué mejor que bajar a Zadorra Etxea, un agroturismo familiar en el que será difícil despegarse de las sábanas por la mañana, entre un silencio envolvente, sólo roto por el canto de los pájaros…





Plaza e iglesia de San Juan, en el corazón de Agurain.








Sensaciones de misterio en Alaitza
De las tres iglesias pintadas de la Llanada, es la de Alaitza la más sorprendente. Una capa de cal había escondido hasta 1982 estas singulares pinturas objeto de controversia. Y es que ¿qué hacen estas figuras bélicas en medio de un lugar sagrado? ¿Y las estampas cotidianas, descarnadas? Un mono se muestra exhibicionista y una mujer da a luz en un escenario violento. Parece que llevan a alguien al cadalso y doblan las campanas… Algunos historiadores entienden que son pinturas del siglo XII, si nos atenemos al tipo de armas plasmado, mientras que la iglesia data del XIII.



  Especialistas en armamento militar, religión y arte “alucinan”, apuntan en la Cuadrilla de Salvatierra. Nos quedamos pensativos, ante esta arcaica composición, y la mirada se posa en el castillo situado en el centro de este ‘libro abierto’ de Historia. Algunos soldados portan ballestas y parece que quieren invadirlo. Los guerreros, abigarradamente ataviados, tienen algo así como cotas de malla. A la derecha, unos peregrinos invitan a cuestionarse si los otros hombres eran templarios. No todos los historiadores lo corroboran, aunque la situación geográfica de la comarca hizo de ella un lugar de paso para muchos europeos que caminaban en pos de la tumba del Apóstol, desde el siglo XIII.


Pinturas color sangre y enigmáticas en el interior de la iglesia de Alaitza.



  Para redondear la confusión, una serie de letras estilizadas, góticas, casi parecen chinas. Varios expertos trabajaron en su interpretación y traducción, laboriosamente. Hace frío en el interior de esta iglesia misteriosa y de pinturas color sangre. Los historiadores llevan 30 años dándole vueltas. La pintura, tan pueril, no es lineal, e incluso se permite algunos chorretones en sus resinas monocromáticas. De ahí que se piense que los autores no eran profesionales. ¿Graffittis de la Edad Media?



  Intrigados, salimos invadidos por la hipnosis de esas imágenes aparentemente simples, pero que parecen mirarnos a los ojos…


La iglesia de Alaitza, bajo la lluvia.











Clase de catequesis en Gazeo

Gazeo, apartado, tranquilo, atesora una iglesia románica del siglo XIII, y pinturas murales del XIV, que nos reciben como un libro ilustrado. A través de una rica narración, que se despliega ante nuestros ojos. Restaurada a partir de 1968 y, en cinco fases, hasta 1985, esta iglesia sí indica al fiel cómo ha de ser cristiano. Los mensajes, aquí, no son cotidianos y mucho menos bélicos, y se desarrollan con el fin de dotar de significado al sacramento.

  Aunque su autor o autores también son un enigma. Su programa pictórico encajaría en un estilo franco-gótico lineal, como otros templos de Francia o Inglaterra, pero con reminiscencias románicas. La iglesia se encuentra bajo el patronato de San Martín, una de las más antiguas advocaciones de la Península. Su traza es modesta, con planta rectangular y ábside semicircular cerrado por bóveda de horno, con canales lisos al exterior y decorado con estas pinturas medievales, consideradas de las más interesantes de todo el Norte. Carece de campanario y tuvo cuatro retablos, siendo el mayor de estilo barroco. Al retirarlos en 1967 se descubrieron los murales que dormitaban detrás…

  En todo el conjunto observamos pálidos tonos verdes y granates, pero la definición es mayor que en Santa María de la Asunción. De hecho, aquí contamos con unas imágenes complejas, con un suave horror vacui que deja poco espacio a la imaginación. Imágenes planas y gráficas, para que quedara claro el mensaje: mejor no rechistar para no arder en el infierno.


Dani Acevedo fotografía el interior de San Martín de Tours en Gazeo.


  En la bóveda y los muros del presbiterio están dispuestos los principales episodios de la vida de Jesús. Estas pinturas no fueron fáciles de realizar, y el ábside está casi completamente pintado. Cuentan con una técnica mixta, al fresco, para las líneas negras y rojas, y al temple, para rellenar de color.

  Y los retablos dieron paso a esta joya pictórica, a conservar…


Joya del nuevo gótico en Añua
Un puentecito de cuento, cubierto por una auténtica alfombra verde, mullida bajo los pies, nos transporta hasta la elegante iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, en Añua. Nos hallamos en el municipio de Elburgo, a 14 kilómetros de Gasteiz.

  No imponen tanto las pinturas como en las otras dos iglesias, si bien merece la pena descubrir el magnífico ábside de La Natividad y su hermosa arquitectura. En estos muros del siglo XIII, tradición y nuevos planteamientos constructivos se reconcilian, dando origen a un espacio interior puro, esbelto y proporcionado. Y, en su ábside, la iglesia atesoró unas pinturas rojizas –como en Alaitza-, de gran valor estético.

  Es mejor no esperar al atardecer para visitar esta joyita, pues su exterior es muy rico. Nuestra mirada se posará en un innovador módulo de un doble arco apuntado sobre estilizadas columnillas. Esta particular forma de decorar el paramento del ábside es única en el patrimonio medieval alavés

  La arquería ciega resulta muy rara en un pueblecito tan perdido. Y esa cabecera de cubierta armónica, con nervaduras que se cruzan al ritmo del nuevo gótico. Las figuritas en tonos ocres extraños le confieren personalidad propia. Un castillo es defendido por soldados, en esas anómalas referencias bélicas. Podría tratarse de otra escena del ataque a Jerusalén. Aquí también las pinturas fueron ocultadas por retablos del siglo XVI hasta el XVIII. Una vez en restauración, ya desaparecieron y fueron reivindicadas las pinturas.

  Fuera, sopla el solano. Pero ha merecido el frío la visita…



En San Martín de Tours de Arbulo la tortícolis es feliz ante tanta belleza.



Regalos del Renacimiento en Arbulo
Y, si en la Llanada Alavesa las iglesias pintadas están consideradas tesoros, el Renacimiento y otras épocas dieron a luz maravillosas iglesias pinceladas que bien merecen otro capítulo.

  Era propio del siglo XVI que un maestro dirigiera un taller centrado en pinturas murales para templos, como Diego de Cegama, y el territorio alavés cuenta con una especial tradición en este campo

  Comprobamos dicha riqueza, algo anterior al Renacimiento, en San Martín de Tours, en Arbulo. En realidad, los expertos inciden en la convivencia de varios periodos dentro de la misma iglesia. Cuenta con claves muy delicadas, con una policromía muy rica y variada, lacas coloreadas y panes de oro. Brocados al fondo de las claves y grecas exquisitas.

  A 600 metros de altura, San Martín de Tours se despeja del estrés en un punto relajante. En el altar, unos animales dibujados también con pinturas rojizas -un pavo real, unas gallinas, un cerdo...-, y algunas incisiones. Una vez más, el retablo que ocultaba las pinturas fue retirado...

  En Zalduendo se halla el único conjunto civil del siglo XVI conocido que ha conservado pinturas murales renacentistas en el País Vasco. Las grisallas probablemente pertenecen al taller de Cegama (las pinturas están en estudio, debido a su mal estado). En el caso de Heredia, la iglesia de San Cristóbal es también de gran belleza, objeto de estudio de los restauradores. Los casetones serían impactantes reclamos en estos templos, al igual que ocurre en Urbina, Ciriano u Ollávarre, entre otros ejemplos.

  Diversos expertos van revisando este periodo tan rico, y que resulta un placer contemplar. En cambio, sigue siendo algo rústico visitar estos auténticos museos, ya que hay que pedir la llave a algún responsable municipal, desde el alcalde hasta el sacristán. Con todo, cogemos feliz tortícolis, abriendo la boca ante tanta belleza...


Descenso por el puerto de Opakua.


  Para más información: reportaje en la revista Aktual (págs. 6-17)
  Charlando con el sommelier del té por la American Master (Grupo Noticias)