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sábado, 28 de noviembre de 2020

LOS ÍDOLOS EQUIVOCADOS

 Texto: Cristina Mtz. Sacristán


Una de las fotos de Maradona con menores de edad.



   Creció con Rocky y Maradona entre sus ídolos. Jugaba a meter goles como el pelusa y trataba de pelear como Stallone. Cuando ya comenzó a trabajar en lo suyo, como ejecutivo de cuentas, se vestía de forma impoluta con trajes caros e intentando ir muy elegante. Distinguiéndose de la masa...

   Su apariencia y su masculinidad impresionaban a algunas mujeres jóvenes a las que quería seducir. Así que comenzó a tomárselo casi como un deporte, un juego en el que él marcaba su hombría como bandera de las relaciones. Sacar músculo de vez en cuando venía bien, para demostrar quién era el macho alfa, y si había cualquier enfrentamiento sacaba pecho y se retaba con otros gallitos de su calaña...

   Un día, su entonces novia reía muy acaramelada con otro tipo, por cierto bastante guapo, alto y fuerte. Él se acordó de la escena de 'Grease' en que Travolta se corroe de celos porque Newton-John flirtea con el personaje de Lorenzo Lamas. Y, sin mediar palabra, se acercó como un energúmeno y metió un puñetazo a su rival. Lo dejó tendido en el suelo y, acto seguido, agarró del brazo a su pareja, gritándole "¡Vamos para casa!". Ella, asustada, se metió en el coche a regañadientes y cuando llegaron al piso él la agarró de los brazos, con violencia, y le increpó "Ni se te ocurra volver a engañarme". Le lanzó una mirada fulminante y ella solo pudo sollozar. "'¡Que no llores!", le gritó con desprecio, añadiendo una bofetada.

   Al día siguiente, comió en casa de su madre y, al notarle pensativo, ella le preguntó qué le pasaba. "Que todas las mujeres son unas zorras", repuso él, y le contó que había tenido que separar por la fuerza a su novia del galán que la acompañaba. Su madre chasqueó la lengua y le dijo que tuviera cuidado con esas cosas, que igual le podían acusar de violento. Que ahora ya no se transigía como antes que se zarandeara y pegara a las mujeres. Él le respondió que no se preocupara, que lo tenía "todo controlado".

   Se acordaba de todo ello en su celda, hoy, antes de asistir al juicio por violación y malos tratos continuados. Y se preguntaba qué había hecho él mal, si solo había seguido el ejemplo de Stallone y de Maradona, si él solo quería ser un hombre 10, o lo que se consideraba que debe ser un hombre 10. Agrupaba trocitos de tierra con las botas mientras se preguntaba cómo había llegado hasta aquí.


El cine nos dice, una y otra vez, que es normal pegar a las mujeres por celos.


 

Para más información: ¿Qué esperan de nosotras? Reflexión sobre nuestra sociedad en este 25-N

Sobre la figura de Diego Armando Maradona, un astro del fútbol pero una persona degradada

El mundo se vuelve loco con la muerte de Maradona

Artículo de Nina Parrón sobre las violencias contra la mujer

Y el análisis de la presencia de las VGs en las manifestaciones culturales (Laura Freixas)

De cómo Maradona nos puede ayudar a reedificar ídolos masculinos (Coral Herrera)

La Educación, fundamental para erradicar la violencia de género (Susana Gisbert)

Cifras sobre violencia de género en el mundo en 2020

Más datos sobre violencia contra mujeres y niñas, recogidos en este blog

miércoles, 25 de noviembre de 2020

¿QUÉ ESPERAN DE NOSOTRAS?

Texto: Cristina Mtz. Sacristán


Pérez-Reverte, señalando, como acostumbra. Foto as.com




  Tras varios debates recientes en las redes, he estado pensando qué les pasa a algunos hombres, y a ciertas mujeres, con las féminas que no nos resignamos a los roles "de toda la vida". El caso es que escuece, y mucho, cuando en mi muro señalo que Woody Allen ya se fijaba en menores de edad cuando rodó 'Manhattan', donde enarbolaba que la mejor opción para sus neuras inasumibles por adultas era una chica de 17 años hechizada por su verborrea intelectualoide. Ya en 'Manhattan' Allen mostró cómo a él le iban menores de edad, que ese era su rollo. O uno de ellos, al menos.

  Escuece, y molesta bastante, que yo señale que esta no es una cuestión de sentencias, ni siquiera una cuestión de tripas o de prejuicios. Ni de moralidad u otros calificativos tendenciosos que he leído por ahí... Estamos hablando de un cineasta cargado de tics, de manías indisimuladas, quien también ostenta que le van menores de edad. Y que pertenecemos a una sociedad, digo la occidental, que sin ser Arabia ni Irán, ni Nigeria, tampoco mira tan mal a un hombre muy mayor que toquetea a las menores.

  Me sorprende y preocupa esta reacción. Me molesta que aún haya hombres que, vestidos de modernos, nos quieran calladitas. Que quieran que estemos lo más sumisas posible, asistiendo a esta casacada de VGs diversas que aún nos acucian. Que no nos quejemos tan alto. Que los violadores son cuatro locos, que los maltratadores son cuatro violentos aislados, que la pedofilia es... en fin, parte del paisaje que nos rodea. Incluso estética, ya que la enarbolan dos genios como Allen o Polanski. Que no protestemos porque Almodóvar secuestre, amordace, amenace y ate a la cama a Victoria Abril, en un obvio y maloliente alegato a la violencia de género. Y, para redondear mi pesar, una serie de mujeres aplauden esta petición del respetable masculino: "No es para tanto".

  Al parecer, algunas mujeres pasan de puntillas por el acoso en el autobús, por el ninguneo e el trabajo, por el listillo que te dicta cómo tienes que aparcar tu coche. Por el novio que quiere controlar tus mensajes privados, por el "piropo" que ofende y deja en evidencia que somos como una mercancía a la que "dejan" circular por las calles. Porque mucho me temo que, todavía 40 años después de muerto el Caudillo, los hombres españoles creen que nosotras transitamos por las calles porque "nos dejan" ellos.

  Así que, ya que nos dejan, deberíamos ser más complacientes o, por lo menos, no tan combativas. ¿Qué es eso de cabrearnos cuando Pérez-Reverte dice que "ya no hay mujeres como las de antes", embutidas en faldas de tubo y contoneándose al caminar por la calle? ¿Qué es eso de que nos moleste que un académico de la RAE se refiera a una actriz como "la pelirroja de las tetas grandes", si para eso está el castellano, bien explícito, para que él y sus amigos se expresen? ¿Por qué nos irrita que tantos hombres sigan pavoneándose de que les gustan "rubias, morenas, pelirrojas, negras...", mientras que si nosotras decimos algo similar solo somos unas ligeras de cascos?

  Se acerca el 25-N y mucho me temo que hay demasiado por barrer aún. Anoche un hombre intelectualmente interesante me rebatía en este muro sobre mis posicionamientos hacia directores pedófilos. El argumento es recurrente: no hay una sentencia firme. Claro, y los cineastas que quieran seguir enarbolando la pedofilia como feliz modo de complacencia masculina seguirán con sus propósitos, ya que no es un delito hacer películas de pedófilos y porque nuestra sociedad, llamemos a las cosas por su nombre, no desprecia a esos individuos. Hay una manga ancha con ese matrimonio infantil que durante siglos ha calado en generaciones, ese derecho de pernada tan asumido a lo largo de la Historia... No hace falta irse a Nigeria o a Yemen para comprender que mejor menores, sumisas, calladitas y guapas.

  Pues sí, ellos nos siguen queriendo como Neruda, "me gusta cuando callas". O, si hablamos, que sigamos encumbrando lo que hacen ellos; qué es eso de recuperar a las joyas femeninas de la Historia, escondidas escandalosamente en anaqueles y archivos con telarañas. Qué es eso de poner potencia al altavoz del feminismo, que se enfada con los trans que vienen a darnos lecciones de qué es ser una mujer, cuando estamos hasta el moño de que nos digan quiénes tenemos que ser durante largos siglos. Eso se espera de nosotras, que nos quejemos lo justo, lo políticamente correcto, sin demasiada fuerza. Sin contundencia. Porque, claro, la contundencia sí podría traer un cambio desde los cimientos. Y eso no es lo que quieren de nosotras.

Publicado en Facebook el 23 de noviembre de 2020



Pescado en la Red.





Para más información: Artículos misóginos y ofensivos de Pérez-Reverte
Firma contra el matrimonio infantil, otra forma de violencia de género
Próximamente, un amplio reportaje sobre las mujeres ocultadas en la Historia
Entrevista a Josune Muñoz sobre literatas y violencia machista (Emakunde)
Entrevista a Bahiyyih Nakhjavani, sobre literatura, Persia y derechos de las mujeres
Más reportajes sobre mujeres, niñas y Derechos Humanos, recogidos en este blog
25-N, el día en que también murió Maradona (y el compadreo correspondiente)
Sherezade y las 1001 violencias machistas (artículo de Nina Parrón)
Sobre ídolos equivocados y machitos del siglo XXI, en este blog


domingo, 7 de agosto de 2016

COMPETICIONES

  Texto y foto: Cristina M. Sacristán


Niños y niñas juegan a conducir diferentes vehículos en el Miffy Museum de Utrecht.



  Me alegra que Mireia Belmonte haya conseguido el bronce en los Juegos Olímpicos de Río. Todavía en pleno siglo de los drones, las redes sociales y los smartphones multitarea, las mujeres no tienen una cara del todo visible en el Deporte. Pero, mientras oigo hablar de lo "agónico" del último tramo de la carrera, medito.

  Llevo un tiempo cubriendo noticias internacionales. De hace un año para aquí, se diría que el panorama mundial ha empeorado: los focos bélicos, especialmente el de Siria, son un goteo de bombardeos, de atentados suicidas, de ataques a hospitales y civiles... Los grandes mandatarios del planeta se sientan a hablar de ello en sus brillantes mesas de roble con la frialdad de quien observa unos leucocitos en la sangre. O con rabia, como cuando decidieron bombardear Siria tras los atentados de París el 13 de noviembre de 2015.

  La competición ha estado presente en la historia de la Humanidad, como una constante. Más que el amor o la paz. Más que la ternura o la generosidad. Más que los abrazos y las sonrisas. La cuestión es que, llegados al siglo XXI, ¿no sería hora de perfeccionarnos como especie, más allá de esas tecnologías tan asombrosas y que tanto logran, tanto alcanzan y que ya hasta sustituyen la conversación ante una taza, la charla en un parque, la lectura de un libro?

  Mientras los mandatarios desarrollan sus estrategias sobre la mesa brillante, decenas, centenares de personas anónimas vuelcan su rabia en misiones mortíferas, inhumanas y vengativas. Ese perfil de individuos son hábilmente captados por organizaciones como el Estado Islámico, al que interesa mucho más la destrucción que la evolución de la especie. Y, entre los adoctrinados y los que compran armas con alegría en Estados Unidos, llevamos un verano desolador, de derramamiento de sangre, de psicosis -"da miedo viajar ahora", me dicen-, de tambores de guerra... Y los refugiados ya se tiran al mar, hacinados, a cientos, a miles. Cruzan a nado de la costa italiana a la francesa. Estoy segura de que, como Mireia Belmonte, el último tramo -si sobreviven- es agónico...

  ¿Por qué ha de agonizar la deportista? ¿Por qué ha de agonizar alguien por huir de la guerra o del hambre? ¿Por qué siempre ha de haber perdedores para que otros alcancen sus metas?

  Viendo las noticias en el canal 24 horas, y resacosa tras cubrir las noticias internacionales llenas de muerte y de gritos de "Alá es el más grande", y de los que emite Donald Trump para que todo el mundo vaya armado y erija muros que los separen de otras culturas, pensaba que los Juegos Olímpicos podrían ser un buen pretexto para recordar por qué los antiguos griegos y cretenses consideraban los juegos, los deportes, una forma de hermanamiento; momentos lúdicos y de placer. El compartir y sonreír, el crecer juntos, de la mano...

  Sigo viajando por lugares como Berlín, Amsterdam, Utrecht, porque todavía en ellos los parques son frondosos, pedalear es más frecuente que gritar, los niños y niñas se mezclan, felices, entre juegos, y codiciar no es más importante que Ser. Acumular, competir, ostentar... ¿no es acaso agónico? Y tan baldío...

  Antes de caer en el desánimo, retomo mi rama de zahorí, a ver si con su ayuda continúo rescatando de la sombra a aquellas personas que, a lo largo de su vida, crecen y evolucionan, llenándose de ideas, de conocimiento, de creatividad, de paisajes, de abrazos, de convivencia plácida con el entorno... lejos de las mentes pequeñas y mezquinas. Rivalistas y destructivas. No encuentro otro camino.    




+ info:
Recorrido por los parques de Berlín y Potsdam, en la revista ON (págs. 28-33)
Pronto informaré sobre la convivencia entre pasado y futuro en Utrecht (Holanda): Reportaje revista ON 24 septiembre (págs. 30-35)
Miles de refugiad@s siguen llegando por el Mediterráneo (Deia, 25 de julio)
Yemen, la segunda crisis humanitaria, tras la de Siria, aun con el alto el fuego (Grupo Noticias, 14 de agosto)
Yazidíes, el primer genocidio del siglo XXI (Deia, 3 de agosto)
Colombia se desborda como trampolín de refugiados hacia EE.UU. (Grupo Noticias, 8 de agosto)
Entrevista a José Antonio Bastos, presidente de MSF, sobre la situación humanitaria mundial (Grupo Noticias, octubre de 2015)
La Yihad planea sobre el Turismo mundial (Grupo Noticias, diciembre de 2015
El perfil de los nuevos 'lobos solitarios' (Grupo Noticias, julio de 2016)
Cómo está afectando la política internacional y los atentados a los refugiados (Grupo Noticias, diciembre de 2015). Seguiré informando sobre esta situación: 2.000 días de la guerra siria, con ataques a los civiles. Sin soluciones y 5 millones de desplazados (5 de septiembre, Grupo Noticias)
Sudán del Sur: el éxodo y las violaciones masivas rompen constantemente el alto el fuego (Grupo Noticias, 27 de agosto) 
Algunos de mis trabajos sobre la violencia contra las mujeres y niñas en el mundo
Cuba, una nueva era del turismo (Grupo Noticias, 6 de agosto) 
Trump recula tras arremeter contra (casi) todo (7 de agosto)
Mis reportajes sobre Derechos Humanos, recogidos en este blog. Seguiré informando de Cultura y Justicia