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martes, 14 de abril de 2020

DEAMBULANDO (EN TIEMPOS DE CRISIS)

Texto y fotos: Cristina M. Sacristán


En la cámara termográfica del Museo de la Ciencia Phaeno de Wolsburg, en Alemania



  El despertador ha sonado, una vez más, cansino, como una letanía. Cada vez me cuestá más apagarlo, y un día voy a tirar la lámpara de noche de un manotazo. Tanta quietud me hincha las piernas. Arrastro los pies por el pasillo, como si ir a orinar fuera un castigo. Me rasco la barriga de camino. También la tengo hinchada. La verdad es que cuando iba a nadar a la piscina tenía el cuerpo con menos retención de líquidos. En fin. Preparo un tazón de cacao con más agua que leche, aunque a mi edad el calcio viene muy bien.


  A buenas horas, mangas verdes - dicho popular


  No sé qué sería de mí en esta situación si no pudiera desayunar con el ordenador delante. En realidad, mi portátil parece mi sexto dedo, pues además de para trabajar me sirve para el entretenimiento. Es momento de bajarse películas, series y documentales de internet, y de compartir e intercambiar mensajes con la gente confinada. Por cierto, que tengo que comprarme otras zapatillas, porque éstas me están pidiendo jubilación.


  A, ante, cabo, contra, de, desde, hacia, hasta... - preposiciones


  Debo comprar comida, pues el puente ha sido largo y tengo la nevera temblando. La ducha resulta terapéutica. Y necesaria, ya que de no tener que salir me daría mucha pereza lavarme. Y deambular en pijama y sin peinar da aspecto de enferma.

  Por la calle hay pocas personas. Algunas hacen cola para comprar pan y otras pasean al perro. La mayoría lleva mascarillas. De ciento en viento, un coche. Si hubiera visto este paisaje urbano en una película, no hace tanto tiempo, habría pensado que el Spielberg de turno se había pasado de vueltas. Los bares daban vida a estas calles. Se agradece la cocción del pan, pues aromatiza la calle tan desierta. De pronto, leo un cartel en la persiana del batzoki:


  CERRADO HASTA NUEVO AVISO


  Me encuentro con la mujer que limpia la escalera y nos ponemos a charlar en una esquina. Ella se da la vuelta para comprobar que no nos ve la policía. Anda que disolvernos por charlar en la calle... ni que esto fuera La lista de Schlinder.

  Se están poniendo morados a poner multas porque no todo el mundo está siguiendo las medidas de confinamiento. Si te ven por la calle sin causa justificada, multa. Habrá que exigir que toda esa recaudación extra se destine a las personas más castigadas económicamente por la crisis.





En este rincón de Cracovia se rodó 'La lista de Schlinder'



  Guardo la cola estoicamente para poder entrar en el supermercado. He empezado una especie de juego conmigo misma y colecciono palabras en función de sus terminaciones. Ahora le estoy poniendo mucho énfasis a la terminación 'nia'. Aparte de todas las palabras que terminan en manía, me salen psicofonía, psicotecnia, mercadotecnia, petunia, gardenia, letanía, afonía, sintonía, galanía, lozanía y un puñado más. Parece que ya me va tocando entrar...


  Cuando el diablo no tiene qué hacer con el rabo espanta moscas - refrán español


  Te ordenan ponerte guantes para poder hacer la compra. Hoy llevo mascarilla y estoy muy incómoda, pues se me empañan las gafas. ¡Estoy forrada! Además, con la mascarilla no veo dónde piso... No nos dejan detenernos en la entrada, así que trato de apresurarme y de no perder el tiempo. Claro que lo mío no son las compras, de modo que demorarme para llenar la cesta no es un problema.

  Menos mal que ya no acaparan el abastecimiento. Hace días no quedaba ni un gramo de papel higiénico. ¿Cómo es posible? ¿Tendrán algunos los pisos como búnkers, llenos hasta arriba?


  Entre col y col, lechuga - refrán español



  Siempre se confunden y me cuelan las cartas de un vecino en el buzón. Un día vamos a tener un disgusto. Bueno, él, por si le urge el envío y no le llega a tiempo. Ay, mira, el Periódico Bilbao. Hay cartas que me dijeron que habían salido y aún no han llegado. Qué paralización. No sé cómo saldremos de esta; al menos no sé si saldremos bien parados.


  Somos lo que leemos - Jorge Luis Borges




Barcelona cuando se llenaba de turistas. Fotografiando la fachada de la Sagrada Familia



  Trasteo en las redes sociales, pero el personal anda desanimado y a veces no reacciona a los estímulos. Yo no quiero compartir malas noticias, porque esas ya nos las dan a todas horas, así que opto por compartir imágenes y documentales de Naturaleza, música y curiosidades.

  Mi colega Zigor Aldama, que vive en Shanghai desde hace años, ha colgado unas fotos del metro en hora punta y resulta que en China ya llenan los vagones. Yo he hecho cola para hacerme unos análisis y más parecía que iba a atracar un banco que a acudir como paciente al ambulatorio. Los controles son exhaustivos.

  
  Preparados, listos, ¡ya! - prueba deportiva


  En el autobús el conductor va parapetado como en una burbuja y hay que mantener las distancias con los otros pasajeros. El reloj de la pantalla está adelantado, pero no le digo nada al conductor porque ni me ha respondido a mi "buenos días". Para qué andar haciendo surf en las curvas si no va a haber feed-back. Otro día será.





De cuando se podía besar en el metro. Foto: Enrique Moreno Esquibel



  En medio del silencio impuesto, la vecinita empieza a hacer prácticas con su piano. Pero de fondo resuena una excavadora. He visto a los obreros abriendo una zanja. Ellos no se libran de trabajar en estos días. El suelo parece temblar bajo los pies.

 Compartimos juegos por Facebook. Esta temporada, cada vez que entra una notificación nos ponemos contentos; la verdad es que van a cuentagotas, no tienen la asiduidad de costumbre. El escaparate está más vacío...

  
  Tocado y hundido - juego de los barcos


  Otro de mis entretenimientos favoritos es ver Saber y Ganar, en La 2 de TVE, así como el concurso El cazador. El caso es que con el confinamiento están emitiendo programas enlatados, pero yo tiro de videoteca para bajarme los que me interesan. También hay documentales de lo más educativos. Desde el antiguo Egipto hasta la floración en primavera, pasando por las navajas de Albacete. Hay tijeras de muy diversos tipos en su Museo de la Cuchillería, y me entero de que la despabiladora era la que cortaba el pábilo. De ahí el término "despabilar". Mira tú.

  El caso es que Whatsapp me obliga a cambiar de móvil para poder seguir usándolo, y como no he comprado otro estoy castigada sin comunicarme por esa vía. Así que ando de mensajes cortos y tirando de teléfono con la gente. Un poco rollo, pero me arreglo.


  Al cruzar la barca me dijo el barquero "las niñas bonitas no pagan dinero" - canción infantil



Museo de la Historia de los Judíos Polacos en Varsovia



  Voy haciendo acopio de curiosidades para contrastar con mis padres cuando nos veamos. De momento nos contamos las novedades por teléfono. Por ejemplo, me he ido enterando de que personajes como Pero Grullo o María Castaña existieron en realidad, y que Carolo era a Carlos III lo que Patxi al general Franco. A Catalina le preguntaban si quería arroz mientras estaba tan enferma que no podía hablar, así que insistían y le inquirían: "¡Que si quieres arroz, Catalina!". Gracias a El Cazador me entero de que la línea que cubre la letra ñ se llama virgulilla. Otra fuente inagotable de curiosidades es Saber y Ganar, y así descubro, entre otras cosas, que el Generalife significaba en árabe el jardín del arquitecto, el alarife.


  Nunca es tarde si la dicha es buena - refrán popular


  La verdad es que no sé qué sería de nosotros sin las nuevas tecnologías. Gracias a ellas se está organizando encuentros por videoconferencia, comentamos las cosas por las redes o mandamos mensajes y adjuntos. ¿Imaginan esta pandemia antes de que se popularizara Internet?

  Desde luego, contar con tiempo para crear está dando lugar a una explosión de imaginación y de nuevas ideas. Hay quienes idean vídeos, canciones, dibujos, poemas y hay quien está haciendo chistes divertidos. Como el que dice que nunca habría imaginado que podría entrar en un banco con la cara tapada, llevarse el dinero y que un policía le abriera la puerta...


  Procesando datos. Contenido no disponible. Reiniciando. Pantallazo. Sms, pdf, jpg, tiff, usb - nuevas tecnologías


  Recuerdo todas las veces en que en un local nos han hecho compartir mesa con desconocidos, como en el Café O Brasileira, en Lisboa. ¿Qué pasará en el futuro? ¿Tendremos que comer o cenar a un metro de los otros comensales? Circula por internet un montaje de un banco modelo Ikea para este verano, en el que hay una gran distancia entre un extremo y el otro. Pues igual no es tan descabellado lo que nació como una broma...


  Mínimo común múltiplo. Máximo común divisor. Elevar al cuadrado. Hipotenusa - en clase de matemáticas




Con tantos controles para movernos nos quedamos de piedra. En la imagen, estación de Nueva York

  
    Comentamos que los aislamientos y la paralización de la actividad están favoreciendo al Medio Ambiente. Greenpeace ha analizado la repercusión positiva de una situación tan negativa. El peaje está siendo alto, pero el maltratado planeta está teniendo un respiro...

  Leo que relacionan las pandemias con la contaminación. Al parecer, si reducimos la polución evitaremos estos fenómenos víricos. También Joanne Goodall ha hablado en este sentido. Algunos expertos afirman que la pandemia se ha originado por nuestra mala relación con la Naturaleza.


"El verdadero optimismo solo brilla en las tragedias" - Madeleine L'Engle


  Cada vez más voces recuerdan que nuestra forma de vida antes de esta crisis era insostenible. Que nos educan para competir, no para compartir. Se reflexiona en voz alta sobre cómo retomaremos la actividad, si como depredadores que éramos o como colaboradores.

  Me dice la poeta Blanca Sarasua que con este periodo adverso "aprenderemos a valorar las pequeñas cosas". Las que tienen importancia, claro. Abrimos el debate en las redes sobre si tendremos memoria de pez o si, por el contrario,  todo esto nos servirá para ser más solidarios y menos competitivos.


  No hay mal que por bien no venga - refrán español


  Soñamos con viajar, jugamos a contar triángulos, compartimos canciones... Todo vale para socializar, pasar el tiempo y positivar en momentos duros y tan extraños.

  Bromeamos con que tanta quietud y estar tan cerca de la nevera nos van a convertir en modelos de Botero para este verano. Tener perro podría ser un buen pretexto para darse un paseo oxigenante, pero me dicen que también están controlando a la gente que quiere estirar las piernas con el pretexto de su mascota. Los sacan, ellos hacen sus necesidades y vuelta para casa.


  Modo de empleo. Listo para consumir. Coles de Bruselas. Al baño María - en la cocina




La primavera no sabe cómo ha sido. Estas flores son de un jardín dublinés




  La primavera ha venido / nadie sabe cómo ha sido - Antonio Machado


  Uno de los problemas a los que asistimos en estas semanas tan tremendas es el aislamiento de mujeres en riesgo de maltrato junto a los agresores. Se está prestando especial atención a esta cuestión y como afortunadamente hay legiones de profesionales sanitarios y de vigilancia que atienden a domicilio se está tratando de dar protección y cobertura a dichas potenciales víctimas. En Argentina en concreto, han aumentado los feminicidios, compitiendo en muertes con el propio coronavirus. Leo en el muro de Carmen de la Rosa que es un mal momento, también, para los niños maltratados.

  Acnur subraya los problemas de hacinamiento en los campos de refugiados, todo lo contrario a las distancias de seguridad. Y la ONU confirma el temor que teníamos: el hambre puede matar a más personas que el coronavirus en esta crisis. Debido a la recesión económica galopante. Se impone implantar políticas de equidad y solidaridad, más que nunca.

  Por otra parte, es muy curioso -y polémico- que los países que mejor vienen gestionando esta crisis son los comandados por mujeres. Encontramos un vídeo, que ahora mismo no está disponible, y después varias publicaciones reflejan el dato.


  Hache intercalada. Hache muda. S líquida. Puntos suspensivos. Virgulilla - signos ortográficos


  Le leo al fotógrafo Enrique Moreno Esquibel una cita de Dolly Parton: "Si quieres el arcoíris, tienes que soportar la lluvia". Nos está tocando una lluvia a cántaros, ciertamente, para ver el arcoíris. Pero pensemos que está al final del túnel, como un premio...

  Me tumbo con las piernas levantadas en alto. A ver si así me circula mejor la sangre. La maleta me mira desde su repisa, como un perro fiel y pausado. Como preguntándome qué está pasando, que por qué no la meneo como en tantas ocasiones. Recuerdo la Berlinale de mi querida capital alemana, las rutas por Polonia, las focas retozando en los fríos fiordos noruegos, las intensas experiencias neoyorquinas, el vuelo en globo por las Bardenas Reales, las rutas por Tierra Estella, por la Llanada alavesa o por Cádiz; la Croacia entrante en la UE, la Holanda de los diseñadores o tantas entrevistas que me han iluminado el alma. Y se hace difícil que sólo sean recuerdos. Produce impotencia.


  Pista de aterrizaje. Abróchense los cinturones. Cambio de sentido. Ceda el paso.. Próxima parada. Fin de trayecto - de viaje


  Pero volveremos. Volveremos a quedar para tomar café, volveremos a abrazarnos, volveremos a transitar por las calles como si nada, volveremos a trabajar y volveremos a asistir a espectáculos. Debemos y podremos.


  Se abre el telón. Mutis por el foro. La cuarta pared. ¡Otra, otra! Más difícil todavía - espectáculos



Volveremos a salir, volveremos a disfrutar. Volveremos a abrazarnos. En la foto de Dublín, St Patrick



Para más información, reportajes sobre Salud  Cultura y Viajes recogidos en mi blog
Noticias sobre el coronavirus. Cómo será la economía en el futuro. Muertos a 27 de mayo
Mäs de 8 millones de muertos en el mundo en junio de 2020 (Rtve)
Web de Greenpeace. La primavera no sabe cómo ha sido
Las dirigentes mujeres están gestionando mejor la crisis que los hombres (Telecinco),
Cómo afecta esta crisis a la Soberanía Alimentaria (Gustavo Duch, abril 2020)
Asocian la contaminación al coronavirus (El Independiente). Y la pérdida de la Naturaleza (El Asombrario, con asesoramiento de WWF)
Los científicos subrayan que si dañamos al planeta tendremos más pandemias (Muy)
"La vacuna ya la teníamos y nos la hemos cargado" - Fernando Valladares (El Confidencial)
Reportajes sobre el reciclaje creativo, una alternativa imaginativa a las crisis
Mi reportaje sobre los Optimistas Pragmáticos, con entrevista a Mark Stevenson (revista ON, págs. 22-24)
Ai Wei Wei: "El capitalismo ha llegado a su fin" (El País)
Una oportunidad para replantearse el Neoliberalismo (Jesús González Pazos, de Mugarik Gabe)
El análisis de Niño Becerra: "Seremos más ecológicos, pero por negocio" (La Voz de Galicia)
Peter Sloterdijk, filósofo: "Regresar a la frivolidad no va a ser fácil" (El País)
Pepe Mújica: "Si creyera en Dios, diría que esto es una advertencia a los 'sapiens'"
El ecólogo: Solo un ecosistema sano nos salvará de las pandemias (La Vanguardia)
Si no detenemos el deterioro de la Naturaleza, sufriremos pandemias cada vez peores (Muy)
Adelaida Sarukhan, inmunóloga: Estábamos viviendo demasiado aceleradamente (El Salto)
Esta pandemia coloca a España entre los países más afectados económicamente (Eldiario.es)
La otra pandemia argentina: 96 feminicidios en 100 días (Infoqom)
En Rusia hay un feminicidio cada 40 minutos. El maltrato apenas está penado allí
La ONU advierte de una hambruna "de proporciones bíblicas" (La Voz de Galicia)
Cómo va a cambiar el coronavirus nuestra forma de relacionarnos (psiquiatria.com)
Johan Giesecke, epidemiólogo sueco: "El confinamiento rígido no es efectivo" (Infobae)
Boris Cyrulnik, neurólogo y psiquiatra: Tras la catástrofe viene una revolución (XL Semanal)
Firmas para revertir la gran recaudación en multas en las personas más desfavorecidas
Joanne Goodall: "Si no encontramos otra manera de vivir, nos extinguiremos como especie"
Naomi Klein: "La normalidad era la crisis" (El Salto Diario)
 Mi reportaje sobre los Optimistas Pragmáticos, con entrevista a Mark Stevenson (revista ON, págs. 22-24)
Tiempo de resetear, tiempo de reciclarnos (El Asombrario)
El derecho al delirio de Eduardo Galeano
Naomi Klein: "La llamada normalidad era la crisis" (El Salto Diario)
En China ya se agolpan en los lugares turísticos, en el metro... sin distancia social
Las mascarillas y la distancia social son necesarias (J.L. Neyro, julio de 2020)
Imágenes de los espacios desérticos durante la pandemia (NYT)
Reflexiones desde el confinamiento, in crescendo estos días
Más de 1.200 "desaparecidas" en Perú durante el confinamiento
"La normalidad era la crisis", por Naomi Klein (El Salto Diario)
Algunos de mis reportajes sobre Derechos Humanos, recogidos aquí. Reportajes sobre las agresiones a mujeres y a niñas. Su vínculo con la salud

viernes, 15 de mayo de 2015

PASTA, CURRYWURST, ARROZ, KEBAB...

Al igual que ocurre en Nueva York, en Berlín la enorme mixtura de la población se traduce en su oferta gastronómica. Casi todo el planeta está representado en esta metrópoli. Por ello, la pregunta no debería ser ¿qué comer en Berlín?, sino ¿qué no se puede comer en Berlín?



Texto y fotos: Cristina M. Sacristán



Moustafa muestra el variado elenco de ingredientes de su restaurante turco y kurdo en Prenzlauer Berg.


  A qué sabe Italia? Recuerdo esas pizzas deliciosas, artesanales, y aquel cocinero cantando "O sooole mioooo". O un glorioso Tartufo de chocolate en la Piazza Navona romana. O esos helados que comíamos como un acto religioso. En Grecia, qué decir de sus ensaladas con Feta y tomates llenos de luz, en las terrazas veraniegas, regadas por vino de Retsina, o sus moussakas -¿griegas o turcas?- y su Ouzo para redondear. En la República Checa, sus sopas a media luz, en sus tabernas de madera. Y el rico pero peligroso Becherovka. En Polonia, sus pierogis, patatas rellenas, pato exquisito, las sopas zurek e inolvidables sus perros rabiosos...

  En este blog pueden ver recogidos mis trabajos sobre gastronomías del mundo y sus peculiaridades. Pero, ¿qué sabor recordarían de Berlín? ¿Quizás esas Bratwurst que venden en la zona de Alexanderplatz, a precios regalados? Puede que les hayan contado que el Currywurst es característico de la capital alemana, pero algunos allí te explican que fueron los numerosos turcos los que lo adaptaron a la renovada ciudad, tras caer el Muro y empezar de nuevo...

  Pocos lugares del mundo, quizás Nueva York, tienen tantos sabores. Claro que contadas ciudades del planeta se conforman por 187 nacionalidades, que la impregnan, enriquecen y multiplican. A eso sabe Berlín: a diversidad.



Un Schnitzel acompañado de berenjena, chips, pommes, mayonesa...




  No cabe duda de que la comida turca tiene un gran peso aquí. El caso es que en una de mis estancias en Berlín descubrí que, además de los platos turcos, hay kurdos que combinan su cultura con la turca. Y, entonces, se dan interesantes sabores, como los de la familia de Moustafa en Prenzlauer Berg. El kebab es común en los cientos de establecimientos turcos de la urbe, así como el Schnitzel (escalope vienés) y el falafel. Moustafa muestra con mimo los ingredientes a combinar. Y me debe de ver con hambre, pues llena bien el plato. Un día, berenjena rellena con Kartoffel (patatas); otro, el Döner del habitual cordero turco, y guarnición copiosa... En Alemania es típico que frutas y hortalizas tengan buena cara. Los kurdos de Greifswalderstrasse cuidan que así sea.

  El pollo y el cordero no faltan en estos restaurantes. Con ellos se puede jugar a realizar platos combinados o kebabs coloristas. Pero no se preocupen por la generosa cantidad: una de las características de Berlín es que aún se puede comer por entre 5 y 8 euros, e incluso dar con una happy hour en la que conseguir un bocadillo y algo de postre por 2-3 euros...




Este tipo de puestos abundan en el metro y el tren berlineses. En este de Alexanderplatz he pillado alguna 'happy hour' alguna vez...



  El simpático Jackson me lo pone fácil al arribar a Alexanderplatz tras un día de ajetreo. Todavía me queda un trecho hasta llegar a casa y a esa hora dispone de una happy hour generosa. Así, por entre 2 y 4 euros te puedes comer un bocadillo y un brownie, por ejemplo. O un bocata y un bol de frutas variadas. Los bocatas de establecimientos como los de Cucci son los típicos que encontraremos en Berlín: o bien con pan blanco o con croissant, y con embutido y queso de Brie, o con lechuga, tomate, etc. Son ricos tentempiés que salen a precio estudiantil.

  En una degustación cercana a la Bertolt Brecht Haus, entran y salen los gorriones. Es un buen indicativo de que los dulces merecen la pena. Doy fe de ello, y del café largo y con espumita que me ponen Loebi y su madre. Pero antes se me antoja comer alemán, y me dedico a elegir entre los bocatas que tienen. Hechos con esos panes diversos, negros y con pipas o sémola, o blancos y sabrosos. Los panes centroeuropeos, que son toda una oda en sí mismos: al desayunar, al acompañar las comidas y las cenas, en los bocadillos...



Bocadillos típicos alemanes, variados, ricos y a muy buenos precios.



Y, de postre, un café largo y espumoso y un Kuchen típico, delicioso.
Un gorrión logró robarme la galleta...


  Los gorriones berlineses, siempre confiados, saben picotear de las migas de las mesas y, descarados, también directamente de los platos. En este caso, uno muy hábil aprovechó que yo filmaba la escena para escapar, volando, con una cookie...

  El postre de Kaffe und Kuchen (pastel) es todo un ritual en Berlín. Yo me inicié con ayuda del danza movimiento terapeuta Eduard Martín, en el WestBerlin de Friedrichstrasse. Como alguna vez he publicado, ya saben, ese tipo de cafeterías que sirven libros y revistas, del mismo modo que en la ciudad alemana abundan las librerías donde se puede tomar café. (Sobre este aspecto contaré más cosas próximamente). En el WestBerlin disfrutamos de un delicioso pastel de zanahoria.

  Julia Rautenberg me cuenta, a posteriori, que "siempre hay que dejar espacio para el Kuchen". Me lo comenta con cara de pilla y su esbelta figura de rubia germana. Así que ella ha escogido una ensalada, mientras yo he tomado pasta con queso. Claro, de ese modo el estómago se llena y no es tan fácil saborear el pastel (ni entrar con facilidad en el pantalón). Julia indica que ellos acostumbran a almorzar pronto, y unas dos horas después se puede disfrutar del ritual del Kaffe und Kuchen. Como en Inglaterra lo hacen del Five o´clock tea.




Menú en el Spreegold. Platos divertidos y que combinan comida internacional, como éste de pasta.



Típicos cafés espumosos y deliciosos y coloristas pasteles.


  Julia es una entusiasta guía de VisitBerlin. Escoge el Spreegold por su ambiente cool y céntrico (no muy lejos de Alexanderplatz). Está de moda, y mientras ella habla, de espaldas al ventanal, veo pasar a un chico con rastas, un ejecutivo comiendo de un cuenco mientras camina, un hombre sureño con su niño en brazos... El paisaje humano multicultural que dota de una gastronomía interminable a Berlín. Los asientos tienen rotos y de fondo se ve una serie de graffitties bajo las vías del tren. Berlín en estado puro: nada de ostentación y mucha creatividad libre.

  Así, la primera vez que comí con Julia fuimos a un suizo, en Charlottenburg. Por supuesto, grandes cervezas centroeuropeas (aunque hay un truco, y las pueden rebajar con refrescos), o bien zumo de manzana, y el Reibekuchen y el Rösti. Una cesta de patatas fritas y huevos y diversas verduras.




El Rösti es un plato suizo que también se puede degustar en Berlín.


  Cuando se pasa largas temporadas en Berlín, la borrachera de comidas diversas puede resultar infinita. Así, la sopa india en Friedrichshain es espesa pero entona antes de que arranque la Berlinale, cayendo copos de nieve y a -3º C. El restaurante es absolutamente evocador y el camarero me explica que está viendo un canal que da películas de Bollywood. En esa zona hay restaurantes de muy diversas procedencias. Por ejemplo, uno vietnamita, en el que casi literalmente nado entre largos fideos...




Este plato vietnamita parecía no acabarse nunca, sin fondo...


  En cambio, meses antes, en el My Anh de Greifswalderstrasse disfruto de un copioso plato combinado, con arroz, pollo y verduras. La verdad es que llena, pero está preparado con mimo. El propietario me cuenta que Berlín es su ciudad, pero que añora su bello país de origen...



Ricos arroz, pollo y verduras en un vietnamita de Greifswalderstrasse.



  No muy lejos, también tiene bastante clientela el Merhaba, un restaurante de cocina "oriental y mediterránea" (Orientalische & Mediterrane Küche). Mehmet y su camarera me explican cómo confeccionan sus platos, rodeados de música oriental, velas y un ambiente beatífico que relaja. Las bolas no son de carne, sino vegetarianas. Un plato interesante.




Meatballs y verduras en una rica combinación, en el Merhaba de Greifswalderstrasse.


 Antes de la Berlinale paso unos días en el Alexander Plaza. Eso me permite merodear por el centro sin dificultad, y observar los take away que hace la gente de pollo, pizzas, comida china... Es típico que te vendan las Bratwurst en plena plaza, chicos ataviados de rojo Berlín. Muy cerquita de Hachescher Markt, el Buffalo permite entrar en calor al estar bajo cero, con un entrecot asado, patatas y salsas deliciosas. También sirven unas pizzas riquísimas.




Carne, salsas y vino tinto para encarar la nieve al arribar a Berlín en invierno.



  Es precisamente en esa zona de moda, Hachescher Markt, donde podemos conocer los locales que se enclavan bajo las vías del tren. Eso es muy Berliner, así como reconvertir viejas fábricas -que fueron abandonadas con la división y la posterior caída del Muro-, lo que dota a muchos bares y restaurantes de una personalidad creativa y cosmopolita. En el Ampelmann el cocinero albano Ibish nos pone una especie de escalopes con una guarnición sabrosísima. Christian Tänzler, de VisitBerlin, me explica que se trata de un plato del Este de Alemania. Enfrente, mientras cae un chaparrón veraniego, el Spree nos separa de la artística Isla de los Museos (Museuminsel)...




Comiendo alemán en el Ampelmann.



 Una zona que está de moda es Kreuzberg. Con numerosa inmigración turca y de españoles, lo que ha dinamizado las librerías Spanisch. Allí me muestra el historiador del Arte y guía Stefano Gualdi cómo la gente hace cola para tomar el mejor Kebab de la ciudad. Nosotros nos escabullimos y podemos disfrutar de una comida con vistas en lo alto del centro de distrito, por sólo 11 euros los dos menús. Es la Kantine im Rathaus Kreuzberg. Yo elijo zwei Zarte Matjesfilet´s nach Hausfrauen Art, mit einer Apfel... O sea, más o menos un pescado nórdico medio crudo con unas salsas que le dan un punto muy bueno. Y es que Stefano se decanta por el Schnitzel, pero como ya lo conozco prefiero seguir explorando nuevos sabores...




Pescado al estilo sueco con guarnición diversa, en la Rathaus de Kreuzberg.


  En otra estancia, cenamos en el East London, también en el corazón de Kreuzberg. Descubrimos que la dinámica camarera es italiana de origen, como Stefano, y antes vivió en Londres. Disfruta de Berlín por su ausencia de ostentación y porque aún muchos van allí a luchar por sus sueños...




Viviana es italiana, vivió en Londres y ahora trabaja en el East London en Kreuzberg.


 Aquí los restaurantes italianos tienen mucha personalidad. Por ejemplo, el Trattoria Toscana, enfrente del emblemático parque Tempelhofer Freiheit, está lleno de acordeones y el cocinero canta en italiano mientras saca del horno pizzas de impresión. Uno de los camareros me habla en un castellano fluido -Das ist Berlin-. El revival de mi recorrido por Italia es inevitable.



Una ensalada de lo más mediterránea, a la luz de las velas de Trattoria Toscana, frente a Tempelhofer Freiheit.



 El elenco de comidas internacionales que encontramos en Berlín es interminable. Como factor común, las cafeterías y restaurantes con velitas. Eso ocurre mucho por toda Alemania, y en general en Centroeuropa. Los susurros y la música baja confieren al encuentro gastronómico de mucha civilidad... Así, los desayunos van en consonancia con un modo de vida madrugador y nutritivo: en los buffets de los hoteles podemos disfrutar de zumos de diferentes frutas, agua para hervir café o té, distintos tipos de yogur, cereales diversos para combinar, esos panes riquísimos alemanes, tan variados; embutido, salmón, quesos; huevos revueltos, salchichas, bacon... En lugares como el Alexander Plaza, un hotel estupendo en el que hasta se puede entrar en calor gracias a la sauna, había quien leía un libro o trabajábamos al ordenador, alrededor de ese patio de esculturas vegetales. Maravilloso.



Desayuno apacible en el Alexander Plaza, en torno a unas esculturas cubiertas de musgo.


  Por ejemplo, choca que enfrente del mítico Checkpoint Charlie podamos comer unos calamares en el Barcelona. Y que la camarera tenga gracejo extremeño. Las tabernas vascas también tienen su arraigo aquí (¡dónde no!). El cocinero de origen mexicano Raúl Oliver presenta su cocina de fusión en Kreuzberg, en la línea creativa y multicultural que caracteriza a estas mesas berlinesas. En Spittelmark lo mismo podemos degustar comida española que italiana...

  Claro que les podría hablar más de los restaurantes de comida auténticamente alemana. Como los bávaros -donde el concepto "small beer" es un chiste- o el Joseph Roth, en Potsdamerstrasse, que era frecuentado por intelectuales y con preciosas referencias del autor. O podría contarles que en Berlín hay 5 restaurantes de dos estrellas y 10 de una. O que la cultura israelí y sus Chuzpeles tiene su traducción en restaurantes con aires de Tel Aviv.

  Pero lo que me interesaba era mostrarles un recorrido, a pie de calle, por la diversidad berlinesa. Para que comprendan mejor su esencia multicultural y creativa.




En este italiano de Kreuzberg, una atípica Marilyn señala el lavabo de mujeres. La creatividad, en
Berlín, no tiene límites... y alcanza los restaurantes.


  Como si me leyera el pensamiento, Narissara se despide amablemente de mí, al terminar de comer en su céntrico restaurante tailandés, dándome la mano. Me ha explicado características de su comida y costumbres, así como palabras tailandesas. Pruebo rollos Jeh Thai on glass noodles y Thai noon plate. Con un toque estupendo, el del Cabernet Sauvignon. Narissara es delgada y suave en su forma de hablar, pero se la adivina fuerte. Y enseguida empatiza. Bueno, eso suele resultar fácil en la multicultural Berlín. Ella vino y se enamoró de un alemán. Y se quedó. Esa mixtura, también, es muy Berliner. Narissara representa el Berlín inteligente, acogedor y humano que siempre que lo recorro, haga sol o frío, me hace sentir sonriente y en casa...




Unos rolls y una rosa hecha con cebolla. Una delicadeza thai en un lugar que se presta, Berlín.




Para más información: Momentos (multi)culturales en Berlín (El Tintero, junio 2014)

Sobre viajes y gastronomías del mundo (revista ON, El Tintero, Carta de las Culturas...)
La excelencia de la cocina de Andoni Aduriz abrió una sección de la Berlinale. Las originales propuestas de cocineros vascos y sus maridajes en Berlín (Grupo Noticias, 2016)
Recorrido por los múltiples y constantes eventos de Berlín (ON, marzo 2015. Págs. 30-33)
Ese Berlín tan mixto y 'cool' (Carta de las Culturas, primavera de 2013)
Reportajes y programas de radio sobre Berlín, el jubileo de la Caída del Muro, sus artistas, corrientes creativas y literarias, la Berlinale 2015...
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