domingo, 21 de febrero de 2016

JE SUIS MICHAEL MOORE

Michael Moore suele presentar sus documentales en Cannes y la Berlinale , donde es aplaudido y vitoreado. Con su última producción, 'Where to invade next', recorre países en los que despuntan por avances sociales. Y los compara con los poderosos Estados Unidos. Mercantiles, imperialistas, chabacanos, con escasos niveles de criticismo. Cuántas similitudes y conexiones con una España que parece inmersa en una cueva, lo que es su condena...



Texto: Cristina Mtz. Sacristán
Fotos: C. M. Sacristán y archivo




Michael Moore realiza una propuesta a los militares estadounidenses: va a hacer una invasión pacífica de países desarrollados.



  El Friedrichstadt Palast estaba a rebosar el viernes por la tarde. De pronto, aparece Michael Moore en la pantalla, comentando su documental en bata porque estuvo ingresado y los médicos le recomendaron no volar a Europa, a la presentación de Where to invade next (2015), en la Berlinale. El público jalea al incisivo e irónico director norteamericano. Con todo, él siempre está presente. Guste o no.

  En su probablemente más blanca producción, Moore se propone realizar una invasión "pacífica" de algunos destinos planetarios en los que observa que sus ciudadan@s han avanzado notablemente respecto de Estados Unidos. Una vez más, el director de Bowling for Columbine (2002) se propone desmitificar el sueño americano, y mostrar sus faltas y errores. Y sus estentóreas injusticias. A medida que avanza la narración, se me viene a la mente que mis búsquedas de la verdad y la justicia me llevan conduciendo a destinos muy similares a los que escoge el famoso documentalista, con conclusiones bastante parecidas. Y, además, me ratifico en mi convicción de que España tiene enormes y lamentables conexiones con la Cultura norteamericana... y, lo que es peor, con su Incultura.





Michael Moore, rumbo a la conquista del progreso, barras y estrellas en ristre...



  El autor de Farenheit 9/11 (2014) comienza su periplo por Italia. Allí, charla con una pareja muy risueña sobre sus viajes y tiempo de ocio: festivos por aquí, vacaciones (pagadas) por allá, más la Navidad, más el viaje de novios, más los permisos maternales... Moore les cuenta que nada de eso está pagado en Estados Unidos, donde, a lo sumo, se goza de 15 días de vacaciones al año. "¿Al año?", exclaman asustados los amantes. Del mismo modo, en una empresa textil muy conocida, el personal y sus jefes se ríen ante la ridiculez de los derechos de los trabajador@s en los USA. Fichan a mediodía y salen a comer, para lo que se toman sus dos horitas para cocinar y estar en familia, en casa... La dirección de la firma explica a Moore que, si los emplead@s tienen tiempo libre, pagado, y están contentos, enamorados o hacen todo aquello que les gusta, "como las vacas: darán mejor leche". Por supuesto, las relaciones sexuales satisfactorias, en todo esto, son importantes...

 Tras su paso por la piu bella, Michael Moore se dirige a Francia. Ahí puede comprobar lo que yo vi con mis propios ojos ya hace 20 años: niños y niñas merendando caviar junto a los Campos Elíseos.

  En el caso de este documental, no se llega a tanto, pero Moore puede atestiguar cómo los menores son alimentados con exquisitez en el colegio. Muestra a los niñ@s fotos de patatas fritas y hamburguesas en los centros escolares americanos, y los pequeños reaccionan horrorizados: "Puff, qué asco". "Eso, con perdón, no es comida", afirma a cámara el jefe de cocina, quien describe con gusto cómo elaboran los platos y postres a l@s estudiantes. El momentazo de la Coca-Cola es genial: es como si Moore ofreciera cocaína a menores...

  Pero ahí no acaba la comparación. El documentalista muestra gráficos sobre cómo los frances@s tienen detallada la enumeración de adónde van a parar sus impuestos. Entre derechos sanitarios, maternales, vacaciones, etc., sumarían más que el casi ¡60%! que dedican l@s estadounidenses a gastos militares. En cambio, en EE.UU. no se desglosa de una manera transparente adónde va a parar el erario público...




Una niña lee tranquilamente en la biblioteca de un museo de Amsterdam.






  ¿Y por dónde empieza a edificarse una sociedad mejor? Pues por la base, por la Educación. Un país absolutamente ejemplar, en este sentido, es Finlandia. Allá fue, en la misma línea, Jordi Évole, y ojalá pueda acercarme yo misma no tardando mucho, para verificar por qué los futuros adult@s cuentan con un sistema educativo tan humanizante y productivo. Una vez más, el documental made in USA tiene la respuesta: No suele haber deberes, o no muchos; los chaval@s disfrutan de las clases y les sacan suficiente partido, para luego poder dedicarse a otras cosas en su tiempo libre. "¿Y a qué cosas?", pregunta Moore a un especialista, que le mira asombrado. "A jugar, hacer deportes, estar con su familia, la música, leer...", responde como diciendo "¡hay tantas cosas!".

  Los profesor@s explican que la escuela ha de ser un lugar adonde quieran ir los niñ@s, que sea un espacio donde disfrutan. Además, ojo, "no hay escuelas diferentes". En Finlandia, el hijo del cartero y la hija del ministro pueden estudiar juntos sin problemas de clasismo.

  Impresionado ante tan buenos propósitos y tan alcanzados logros, Moore planta su bandera en Hesinki para dirigirse a Eslovenia. Un país en el que la Universidad es gratis, debido a que así lo reivindicaron sus estudiantes. Habla con ell@s y le comentan que no gastan un euro en estudiar. Ni en comida ni en transporte. Además, sus universidades se cuentan entre las mejores del mundo. La formación hace grandes personas, evidencian. Cuánto asombro, cuánto que aprender...




Moore muestra cómo en Finlandia no hay distingos en la Educación.
Al colegio se va a sentirse a gusto: esa es la clave de un buen aprendizaje.
Eslovenia cuenta con excelentes universidades, todas ellas completamente gratuitas






En la ciudad de Berlín, renacida tras décadas de Muro, se confunden las librerías con las cafeterías: en ambas se sirve café y libros.




  Michael Moore no puede pasar por alto un lugar como Alemania. Donde, al salir de trabajar, el trabajo es aparcado. Donde cada día se recuerda en las escuelas la catástrofe que supuso el nazismo y su consecuente racismo psicópata, con terroríficas consecuencias. Todos y cada uno de los alumn@s son instruidos en la necesidad de tolerancia, respeto y cooperación. De ahí que Alemania sea tan sensible, hoy, con los refugiad@s (seguiré informando sobre este aspecto).

  Moore recorre un resto de Muro (Schandmauer), evoca imágenes de nazis y, después, del Ku-Klux-Klan, y de la quema de iglesias negras, aún hoy, en Norteamérica. Y completa este apartado del reportaje aseverando: "Si en Alemania han aprendido a hacer el bien al prójimo, nosotros también podemos".



"Si en Alemania han aprendido a hacer el bien al prójimo, nosotros también podemos"



  Uno de los países más pacíficos del mundo, Noruega, ni siquiera reaccionó de una forma cruenta con los asesinatos en masa de Breivik. Sobre ello informé nutridamente en mi recorrido por Noruega en 2012, meses después de que el asesino fuera condenado. Michael Moore visita una cárcel en la que los presos tienen música y tele en la habitación, acceden a una exitosa biblioteca, pueden grabar canciones, toman el sol en un bonito jardín, andan en bici por la generosa naturaleza noruega... "Se trata de inducirles a los buenos sentimientos, no de castigarles", aclara un experto. Una cárcel de alta seguridad es promovida con l@s guardas cantando "We are the world, we are the children...". No portan pistolas. ¿Para qué? "Ellos están aquí para ayudarnos, no para castigarnos", explica un preso negro, que tiene cara de estar casi de vacaciones...

  Como no puede ser de otra manera, Moore intercala imágenes de palizas a presos -especialmente mulatos y negros- en cárceles estadounidenses. Compara cómo en Noruega, aunque seas el peor criminal, no puedes rebasar los 30 años en prisión. Qué decir de la pena de muerte...





Moore intercala imágenes escandinavas plácidas con palizas en cárceles de EE.UU.




  Una visita a Portugal ratifica estas cuestiones. Los policías con los que intercambia ideas Moore comentan que la vida es lo más sagrado, y que no se puede quebrantar la vida para impartir ejemplo. Permisividad con el consumo de drogas y con otras cuestiones, que el ministro destinado a su gestión entiende que son relativas: "También te enganchas a internet y a Facebook", razona. Los agentes nunca han disparado a nadie, afirman. "Mucho trabajo por hacer", sentencian, ante los comentarios sobre la pena de muerte del cineasta...

  No sólo el Norte de Europa ha avanzado considerablemente en Derechos Sociales y Humanos. La revolución tunecina -aun dinamitada por otros países con intereses creados en hacer perdurar las leyes más conservadoras- es un fantástico ejemplo de ello. Especialmente en relación a las mujeres. "We are complete, not complements", gritaron las tunecinas en sus protestas públicas. Y fueron escuchadas. Lograron incluir sus avances en la Carta Magna, y el Parlamento y el Gobierno disocian sus opiniones personales de los derechos de las mujeres. "Yo a mi esposa le digo que se ponga el velo, pero es mi vida privada. El Estado no debe imponer a las mujeres que vistan de un modo u otro", explica un mandatario conservador a Moore.

  "¿Y los homosexuales?". Igualmente, "en cada casa cada uno sabe qué hace con su vida. El Estado no debe interferir ahí", indica el político. Una periodista que estudió en París se siente orgullosa de que sus hijos "hayan nacido en Túnez tras la revolución". Y pone el dedo en la llaga que Moore espera: "Estadounidenses, yo sé de vosotros, y de vuestras costumbres. Hablo vuestro idioma, escucho vuestra música y como vuestra comida. ¿Por qué no os interesáis en los demás? Este es un pequeño país del Norte de Africa, y tenemos mucho que aportar. Mientras creáis que sois los mejores, y no sepáis quiénes son vuestros vecinos, nada funcionará".





Una niña juega entre estatuas en el centro de Oslo. Meses después de los ataques de Breivik.




  Finalmente, Moore hila la revolución feminista tunecina con la islandesa. Tras la huelga de 1975, las mujeres tienen una participación paritaria en los órganos de poder islandeses. Además, Moore compara cómo los islandeses fueron capaces de desterrar a sus banqueros corruptos o ineficaces, para defender sus intereses. Alguna islandesas hablan a cámara; con cabellos rosas, rubios o morenos... en su diversidad. "Yo no viviría en Estados Unidos, viendo cómo no funciona, cuántos pobres tiene y cómo trata a sus vecinos", dice con rotundidad una mujer ante la pregunta de Moore. Y, como la reportera tunecina, pincha, dejando claro lo que Moore quiere demostrar: que el desprecio y desconocimiento de otras culturas sólo lleva a la endogamia y la injusticia. Una vez más en la Historia...




"¿Por qué el poder sigue concentrado en manos de los hombres?"
Michael Moore, Where to invade next (2015)



  Hay quien habla del declive de Michael Moore con esta cinta. Que es floja, que tiene chistes fáciles y que cae en lo mismo que denuncia de sus políticos: en la superficialidad y el mal gusto. Yo sí veo que Moore tiene un look muy yankie, que su tono tiene a veces algo de Pato Donald, que puede resultar histriónico... Pero sigo pensando que su labor es indispensable, máxime en un país vasto y riquísimo, en el que excepto Susan Sarandon, Sean Penn y él -y pocos más- se mojan el culo. En un país sin transparencia gubernamental, imperialista, meticón y materialista. Donde es mejor no ponerse enferm@. Donde es mejor no ser latin@ o negr@. Donde, si te quedas sin trabajo, es mejor que Dios (o Alá) te pille confesad@...

  E, insisto: parte de los problemas que denuncia Moore sobre Estados Unidos tienen un hilo directo con España. Donde lleva décadas ejerciendo una gran influencia -con su consumismo, sus películas más estereotipadas, su política feudal-. Un país, uno de los contados del planeta, donde aún no ha penetrado el idioma que nos comunica y no se subtitula; donde apenas se lee; donde saber, y querer saber, es denostado socialmente; donde las mujeres seguimos siendo ciudadan@s de Segunda; donde los cerebritos, para que les luzca el pelo, se ven obligados a emigrar; donde la Sanidad y la Educación van viendo recortados sus presupuestos hasta extremos alarmantes, y que empiezan a parecerse peligrosamente al ejemplo del Tío Sam...

  ¿Soy histriónica, soy insistente, soy pesada como Moore? Es posible, pero sigo informando sobre los lugares donde las cosas Sí funcionan, porque creo que el conocimiento nos hace libres. Y creo que eso es lo que mueve al agudo documentalista que el jueves y el viernes fue ovacionado en la Berlinale.

  Por todo ello, me atrevo a gritar 'Je suis Michael Moore'...





Un barco entra en Flåm desde los fiordos. Una lancha sale hacia el reinado de las focas y las ballenas, esculpido por Thor...




Para más información: Noruega, la paz imperturbable (Deia, Gea Photowords... 2012)
De Oslo a Bergen, naturaleza y Cultura y El Año Munch, viento en popa (mis trabajos atrevesando Noruega)
Cosas germanas a tener en cuenta y 25 años como símbolo de esperanza. La ciudad de los guiños (reportajes, posts y programas de radio en Berlín y por Alemania, en los últimos años)
Polonia, una elegante dama desconocida (reportajes en prensa y programas de radio sobre literatura, historia, avances sociales...)
Web Michael Moore. El documental completo, en TVE (2020)
Silencios: recorrido por mis reportajes y reflexiones en torno a la desigualdad de Derechos y en detrimento de las Mujeres
Mis charlas con Antonio Fraguas, Forges, sobre la situación en España y luces y sombras del mundo actual (Deia, Gea Photowords...)
El triunfo de los mediocres (excelente artículo de David Jiménez, hoy director de El Mundo)
Documental 'Hijos de la Tierra', de Patxi Uriz, que obtuvo un Goya recientemente
La Berlinale, más allá de las estrellas (reportajes y entrevistas en 2015). Y mis trabajos recientes, en 2016. Programa emitido en Onda Vasca el 17 de febrero. Seguiré informando de la Berlinale. Palmarés sábado 20
Web Berlinale

No hay comentarios:

Publicar un comentario