Texto: Cristina Mtz. Sacristán
Foto: Crystal Van Leeuwen (Médicos Sin Fronteras)
Sunood iba a por agua en Yemen, acompañada de sus hermanos, cuando un proyectil la hirió en el estómago.
Es atendida por un hospital de campaña de Médicos Sin Fronteras y, mientras su madre la cuida, a su lado, ella mira a la cámara de MSF con una expresión profunda, como madura.
Es posible que Sunood sea consciente, pese a su corta edad, de que su vida no es fácil, y que nunca será fácil.
Es posible que la niña sepa que, si se recupera de esta guerra que nunca parece que vaya a terminar, la casarán a la fuerza con un hombre mayor que ella. Que vivirá como una esclava, llena de tareas y de hijos a los que apenas puede alimentar. Que su pueblo es blanco de un país fuerte y consentido, Arabia Saudí, y que ella y sus seres queridos pueden morir en cualquier ataque, o porque les privan del acceso al agua potable.
Sunood, con su mirada penetrante, parece atravesar los mares y llegar hasta Occidente, donde algunos periodistas con conciencia recogen su foto tras difundirla la ONG de médicos. Es como si intuyera que tampoco para esas personas resulta sencillo convencer a quienes comandan el medio de comunicación de que lo que pasa en Yemen es noticia. O, al menos, noticia que abra la sección, un periódico o un informativo.
Así que Sunood reposa con cierto estoicismo, pensando que, si se recupera de lo de la bala, quizás salve la vida y sólo por eso dará gracias cada día. Por respirar, por recoger agua de un pozo, por poder alimentar a su descendencia.
A muchos kilómetros de esas personas que debaten qué noticias son importantes y cuáles no. Porque, ¿quién ha oído hablar de Angola, país rico en petróleo pero cuya población, espoleada por un gobernante durante cuatro décadas -muchos dictadores mandan 40 años-, no tiene ningún beneficio de tanta riqueza?
Haití, siempre pobre, nunca ya es noticia. Sierra Leona ha de perder cientos de vidas para que recordemos que está esquilmada, que su pasado y su presente son terribles. Darfur, otrora la mayor crisis humanitaria, se ha diluido en el olvido, sepultada entre teletipos, enterrada por todas las boutades de Donald Trump, por el culebrón venezolano, por una enumeración sonriente de cómo se abate a ISIS en Siria, Irak, Líbano. Y, de vez en cuando, algún periodista con conciencia araña espacio para contar que la ONU o Amnistía Internacional, o Acnur, están denunciando que en las ofensivas al autodenominado Estado Islámico están muriendo civiles. Que están desprotegid@s. Que hay bombardeos sobre hospitales. Que mujeres y menores son violadas en su tránsito para salvar la vida.
Números. Personas cuantificadas por cercanía. Litros de tinta en los atentados de París, de Niza o de Barcelona. Todas las visiones y análisis posibles; entrevistas, datos detallados, conexiones. Medios de comunicación que responden como soldados ante los ataques yihadistas. Abandonando, de nuevo, una vez más, al cuello de botella a Sunood, a las personas que siguen tratando de llegar en patera, a los periodistas asesinados en México, a l@s bahá'is machacados en Irán. Personas de primera, de segunda y de tercera. Clases en un mundo que sigue diciendo, a los cuatro vientos, que todos somos iguales.
En cualquier caso, todos puede, pero no todas. Las macro-noticias hacen que los feminicidios resulten un goteo cansino en verano. Una española, acusada por su ex marido de secuestrar a sus hijos, ha huido con ellos porque el padre fue condenado por maltratador. En este caso, la opinión pública fuerza que Juana Rivas sea conocida, que llegue a las portadas, que su cara nos sea familiar. Ha puesto rostro a todas las demás, a las que nunca salieron en la prensa, a las enterradas bajo expedientes injustos de unos jueces sin justicia. De pronto, la población se percata de que ese run-run feminista tiene sentido: ¿un padre maltratador debe tener custodia compartida?
Y, vuelta a empezar, los medios de comunicación visibilizan o invisibilizan. Sunood, tranquila y consciente, intuye que su rostro no será como el de Malala. Que no perdurará en el tiempo. Que, en realidad, ni el de Malala habría permanecido en nuestras retinas, de no recibir el Premio Nobel. Y así es: los medios son el eco de lo que quienes tienen el dinero -es decir, el poder- consideran que debemos saber. Así que, como en una clase de magia, quitan por aquí y añaden por allá.
Y, de vez en cuando, haciendo grandes esfuerzos, algun@s periodistas logran rescatar a las Sunood del mundo de sus sombras. Exponiendo las injusticias. Y, así, el mundo ralentiza su suicidio. Gracias a médicos sin fronteras, algunos jueces just@s y algun@s periodistas con conciencia... que, si no pueden volcar toda la verdad en las empresas que les pagan, llevan a sus blogs los rostros de tantas guerras.
Para más información: Reportaje sobre Yemen en Grupo Noticias (2016)
Reportaje en 2015: Crímenes de guerra en el caos
Reportaje sobre las violaciones de Derechos Humanos realizadas por Arabia Saudí y sus consecuencias (Grupo Noticias, 27 de agosto de 2017)
Proceso de radicalización de los yihadistas en Europa (La Vanguardia, agosto 2017)
Los feminicidios siguen aumentando en Oaxaca. Crece la violencia en varios Estados de México (Grupo Noticias, 15 de agosto 2017)
La ONU advierte del enorme riesgo de l@s civiles al avanzar la coalición internacional contra ISIS (agosto 2017)
Entrevista Paula Farias (Gea Photowords) y José Antonio Bastos (Deia), sobre guerras, desigualdades, refugiad@s...
Angola: rica en petróleo, beneficios para unos pocos
Sierra Leona sigue buscando a cientos de personas tras las graves inundaciones de este verano
Reportaje sobre refugiad@s tras el 13-N, víctimas entre la espada y la pared (Grupo Noticias, diciembre 2015
8.500 niños mueren al día en el mundo de hambre (XL Semanal)
Nacer mujer en Darfur, o ser un cero a la izquierda (Deia, 2010)
La lucha de Malala Yousafzai por la Educación de las niñas
Zan TV, la primera televisión afgana hecha por mujeres (El Periódico)
Juana Rivas, más allá de lo social, un caso político (Artículo de Rosa Cobo en Público)
Escalada de la violencia machista en la España en recesión (reportaje en Grupo Noticias)
Rosa María Calaf, reportera: La gente cree que está informada, pero sólo está entretenida
Silencios. Repaso de la situación humanitaria en el planeta (El Tintero, 2015)
Los tiranos esperan al verano para cometer sus ataques (reportajes y artículos en mi blog)
Reportajes y artículos sobre la desigualdad de género todavía hoy
Jaque al Periodismo. Reportajes sobre la dificultad de ejercer esta profesión
Kim Jong-un y su peligroso pulso con Occidente: retrato del general y su laberinto (Grupo Noticias, 4 de septiembre 2017)
Web Médicos Sin Fronteras
Web Amnistía Internacional
Web Save the Children
Me gusta mucho, Cristina. Tienes toda la razón. Pero no sabemos o no queremos verlo... Es triste, muy triste.
ResponderEliminarBuenos días, Joaquín,
ResponderEliminarBueno, es importante observar la realidad como es. Noam Chomsky, Rosa María Calaf, David Jiménez, Gervasio Sánchez, etc. nos la van contando.
Si realmente queremos mejorar este mundo, que sea más equitativo, deberíamos escucharles y leerles, a ellos y a Mújica, Sampedro, Galeano... Hay voces, tenues, con mucha verdad; aunque la mayoría hagan demasiado ruido y tengan mucha fuerza, sí tenemos cómo contrastar lo que pasa.
Y, claro, no se puede leer un solo periódico, o ver una sola televisión, si lo que pretendemos es llegar a una radiografía acertada. Y menos en España, donde hay menos libertad de prensa que en el Norte de Europa...
Pero, poquito a poco, sí se puede. Quizás no dar la vuelta a la tortilla de un golpe, pero sí ir virando este devenir enloquecido del sistema que nos comanda.
Abrazo, buena semana