miércoles, 25 de noviembre de 2020

¿QUÉ ESPERAN DE NOSOTRAS?

Texto: Cristina Mtz. Sacristán


Pérez-Reverte, señalando, como acostumbra. Foto as.com




  Tras varios debates recientes en las redes, he estado pensando qué les pasa a algunos hombres, y a ciertas mujeres, con las féminas que no nos resignamos a los roles "de toda la vida". El caso es que escuece, y mucho, cuando en mi muro señalo que Woody Allen ya se fijaba en menores de edad cuando rodó 'Manhattan', donde enarbolaba que la mejor opción para sus neuras inasumibles por adultas era una chica de 17 años hechizada por su verborrea intelectualoide. Ya en 'Manhattan' Allen mostró cómo a él le iban menores de edad, que ese era su rollo. O uno de ellos, al menos.

  Escuece, y molesta bastante, que yo señale que esta no es una cuestión de sentencias, ni siquiera una cuestión de tripas o de prejuicios. Ni de moralidad u otros calificativos tendenciosos que he leído por ahí... Estamos hablando de un cineasta cargado de tics, de manías indisimuladas, quien también ostenta que le van menores de edad. Y que pertenecemos a una sociedad, digo la occidental, que sin ser Arabia ni Irán, ni Nigeria, tampoco mira tan mal a un hombre muy mayor que toquetea a las menores.

  Me sorprende y preocupa esta reacción. Me molesta que aún haya hombres que, vestidos de modernos, nos quieran calladitas. Que quieran que estemos lo más sumisas posible, asistiendo a esta casacada de VGs diversas que aún nos acucian. Que no nos quejemos tan alto. Que los violadores son cuatro locos, que los maltratadores son cuatro violentos aislados, que la pedofilia es... en fin, parte del paisaje que nos rodea. Incluso estética, ya que la enarbolan dos genios como Allen o Polanski. Que no protestemos porque Almodóvar secuestre, amordace, amenace y ate a la cama a Victoria Abril, en un obvio y maloliente alegato a la violencia de género. Y, para redondear mi pesar, una serie de mujeres aplauden esta petición del respetable masculino: "No es para tanto".

  Al parecer, algunas mujeres pasan de puntillas por el acoso en el autobús, por el ninguneo e el trabajo, por el listillo que te dicta cómo tienes que aparcar tu coche. Por el novio que quiere controlar tus mensajes privados, por el "piropo" que ofende y deja en evidencia que somos como una mercancía a la que "dejan" circular por las calles. Porque mucho me temo que, todavía 40 años después de muerto el Caudillo, los hombres españoles creen que nosotras transitamos por las calles porque "nos dejan" ellos.

  Así que, ya que nos dejan, deberíamos ser más complacientes o, por lo menos, no tan combativas. ¿Qué es eso de cabrearnos cuando Pérez-Reverte dice que "ya no hay mujeres como las de antes", embutidas en faldas de tubo y contoneándose al caminar por la calle? ¿Qué es eso de que nos moleste que un académico de la RAE se refiera a una actriz como "la pelirroja de las tetas grandes", si para eso está el castellano, bien explícito, para que él y sus amigos se expresen? ¿Por qué nos irrita que tantos hombres sigan pavoneándose de que les gustan "rubias, morenas, pelirrojas, negras...", mientras que si nosotras decimos algo similar solo somos unas ligeras de cascos?

  Se acerca el 25-N y mucho me temo que hay demasiado por barrer aún. Anoche un hombre intelectualmente interesante me rebatía en este muro sobre mis posicionamientos hacia directores pedófilos. El argumento es recurrente: no hay una sentencia firme. Claro, y los cineastas que quieran seguir enarbolando la pedofilia como feliz modo de complacencia masculina seguirán con sus propósitos, ya que no es un delito hacer películas de pedófilos y porque nuestra sociedad, llamemos a las cosas por su nombre, no desprecia a esos individuos. Hay una manga ancha con ese matrimonio infantil que durante siglos ha calado en generaciones, ese derecho de pernada tan asumido a lo largo de la Historia... No hace falta irse a Nigeria o a Yemen para comprender que mejor menores, sumisas, calladitas y guapas.

  Pues sí, ellos nos siguen queriendo como Neruda, "me gusta cuando callas". O, si hablamos, que sigamos encumbrando lo que hacen ellos; qué es eso de recuperar a las joyas femeninas de la Historia, escondidas escandalosamente en anaqueles y archivos con telarañas. Qué es eso de poner potencia al altavoz del feminismo, que se enfada con los trans que vienen a darnos lecciones de qué es ser una mujer, cuando estamos hasta el moño de que nos digan quiénes tenemos que ser durante largos siglos. Eso se espera de nosotras, que nos quejemos lo justo, lo políticamente correcto, sin demasiada fuerza. Sin contundencia. Porque, claro, la contundencia sí podría traer un cambio desde los cimientos. Y eso no es lo que quieren de nosotras.

Publicado en Facebook el 23 de noviembre de 2020



Pescado en la Red.





Para más información: Artículos misóginos y ofensivos de Pérez-Reverte
Firma contra el matrimonio infantil, otra forma de violencia de género
Próximamente, un amplio reportaje sobre las mujeres ocultadas en la Historia
Entrevista a Josune Muñoz sobre literatas y violencia machista (Emakunde)
Entrevista a Bahiyyih Nakhjavani, sobre literatura, Persia y derechos de las mujeres
Más reportajes sobre mujeres, niñas y Derechos Humanos, recogidos en este blog
25-N, el día en que también murió Maradona (y el compadreo correspondiente)
Sherezade y las 1001 violencias machistas (artículo de Nina Parrón)
Sobre ídolos equivocados y machitos del siglo XXI, en este blog


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